“Estamos entusiasmados de regresar en 2023 con un evento tanto digital como en persona”, dice Stan Pierre-Louis a The Washington Post. “Por mucho que nos gusten los eventos digitales que llegan a la gente y tienen un alcance global, también sabemos que existe el gran deseo de que la gente se reúna, de conectar en persona, verse y hablar sobre lo que hace que los juegos sean geniales”. A pesar de la aparición del Summer Game Fest o los eventos propios de los grandes editores, la ESA considera que el E3 sigue teniendo sentido.
El E3 2020 se canceló por la pandemia de COVID-19, el E3 2021 se celebró únicamente en formato digital y fue bastante decepcionante, mientras que el E3 2022 no existe. El evento en persona se anuló oficialmente por la variante omicron de la COVID-19, pero fuentes periodísticas aseguran que la ESA ya había desechado sus fechas para ocupar el Centro de Convenciones de Los Ángeles en noviembre de 2021, cuando omicrón aún no tenía un alcance global. Además, la patronal tiene otros problemas como su incapacidad para llegar a la gente, las tarifas que cobra a las compañías o unos editores que cada vez van más a la suya.
Sin embargo, un E3 en formato físico es mucho más que una serie de conferencias donde se anuncian y muestran juegos ante una audiencia entregada. El E3 también es un lugar de reunión donde los equipos de desarrollo tienen la oportunidad de mostrar sus proyectos a los editores y llegar a acuerdos de financiación que permitirán sacar sus juegos adelante. Estos encuentros, que también se producen en eventos como la Game Developers Conference, son necesarios para la industria. Otro tema es si la ESA sabe organizarlos de forma correcta y si su forma de hacerlo coincide con los intereses de las compañías.
Con o sin E3, junio es un mes clave para la industria del videojuego. Este año nos esperan múltiples eventos, incluyendo el Summer Game Fest 2022, el Devolver Direct 2022, el Xbox & Bethesda Games Showcase o el Capcom Showcase 2022.