El tráiler de lanzamiento de Diablo IV no tiene apenas referencias a la historia del juego, esa que se pone en marcha 50 años después de los acontecimientos narrados en Reaper of Souls, cuando Inarius y Lilith vuelven a Santuario. La historia de esta pareja es un poco larga y no terminó bien para ninguno de los dos. En resumidas cuentas, Inarius desterró a Lilith al abismo, mientras que el arcángel fue entregado por los suyos a Mephisto, padre de Lilith, para que lo torturara hasta el fin de los tiempos. Ahora ambos han regresado a Santuario, el mundo que crearon para alejarse de la guerra y vivir en paz (cosa que no consiguieron).
Si bien la historia de cualquier Diablo es interesante y un elemento central del juego, como mínimo durante la primera partida, aquí a lo que se viene es a eliminar demonios y obtener botín para ser más fuerte y derrotar a más demonios. En Diablo IV los jugadores podrán destruir a los secuaces de los Infiernos Abrasadores con cinco clases diferentes. A saber:
Bárbaro: un personaje con una fuerza sin igual así como un experto en armas cuerpo a cuerpo y gritos de guerra.
Druida, un cambiaformas salvaje que controla el poder de la tierra, el vierno y la tormenta para desatar la cólera de la naturaleza.
Nigromante, un invocador que comanda hordas de muertos y se vale de los huesos, la sangre y las sombras.
Pícara: luchadoras ágiles especializadas en combate a larga o corta distancia. Usan armas imbuidas y poderosos ataques de combo.
Hechicera: controlan los elementos y gracias a sus dominios de las fuerzas de la naturaleza lanzan rayos, púas de hielo y lluvias de fuego.
A medida que se complete la campaña de Diablo IV, el mundo de Santuario se irá abriendo para dar paso a las actividades endgame, uno de los puntos clave. Solos o en grupos de cuatro, los héroes podrán participar de todo tipo de actividades JcE (jugador contra el entorno) donde la premisa principal es “juega a tu manera”. Santuario tiene diferentes niveles de mundo, lo que todos conocemos como tormentos, y actividades que van desde las mazmorras de piedra angular y mazmorras de pesadilla hasta actividades outdoor que incluyen eventos de todo tipo. Santuario también cuenta con zonas JcJ (jugador contra jugador) con recompensas y donde la muerte es permanente para los personajes hardcore.
Otro de los pilares de Diablo IV son los sistemas que acompañan al contenido endgame y que van más allá de la elección de habilidades del personaje. En este apartado tenemos el sistema de leyenda, que añade más profundidad, personalización y opciones para ajustar el estilo de juego, y el Códice de poder, lugar donde se almacenan los aspectos que aparecen en las mazmorras. Estos aspectos tienen efectos legendarios y se pueden añadir a un objeto para que sea más poderoso. A todo esto hay que sumarle la artesanía para modificar objetos.
Además de por el endgame, el futuro de Diablo IV pasa por las temporadas y el pase que cada una tendrá asociada. El pase de temporada es opcional y ofrecerá una vía de recompensas con categorías gratuitas que se desbloquean jugando y subiendo de nivel, y categorías prémium que se limitan a los cosméticos. Blizzard asegura que “no existirá la opción de obtener más poder pagando”. Si echamos un ojo a más largo plazo, la intención del desarrollador es ampliar la propuesta con expansiones como Reaper of Souls.