El artículo de Kotaku describió a BioWare como un estudio que lleva años en crisis a causa de una alarmante falta de liderazgo. Esta ausencia de rumbo provocó la marcha de varios empleados y problemas de estrés entre los desarrolladores. Importantes contratiempos que se sumaron a las dificultades de tener que trabajar con Frostbite, una solución gráfica que según un testimonio está “llena de hojas de cuchillas de afeitar”. DICE lo desarrolló para sus shooters y Electronic Arts extendió su uso al resto de estudios internos, sin tener en cuenta que las necesidades de un juego de disparos no son las mismas que las de un título de rol.
En el E3 2017, cuando Anthem aún estaba en preproducción, el juego fue presentado con una amplia demostración de gameplay pero algunos de los desarrolladores no reconocieron todo lo que vieron en el tráiler.
El texto de Kotaku se centraba en el caótico desarrollo de Anthem, pero sostenía que los problemas se remontaban hasta Dragon Age: Inquisition, un juego que a opinión de algunos empleados debería haber sido un fracaso para que de una vez por todas saltasen las alarmas. Pero no fue así. El título triunfó y se siguió confiando en la llamada “magia de BioWare”, un arte oculto según el cual trabajando duro los últimos meses todo se solucionaba. Anteriormente esta magia ya había aparecido durante la trilogía de Mass Effect, Dragon Age: Origins y Dragon Age: Inquisition.
Ahora, en un mensaje enviado a los empleados de BioWare, toda esta situación catastrófica ha sido reconocida por Casey Hudson, que en julio de 2018 volvió al equipo con el objetivo de atajar esta falta de dirección y rumbo. “El artículo menciona muchos de los problemas de desarrollo de Anthem y algunos de nuestros proyectos anteriores. Y establece una conexión entre esos problemas y la calidad de nuestro lugar de trabajo así como el bienestar de nuestro personal”, escribe Hudson. “Esos problemas son reales y nuestra prioridad es continuar trabajando para resolverlos”.
Hudson reconoce que no ha hecho un buen trabajo hasta ahora, pero asegura que se han dado pasos en la buena dirección para mejorar la organización de BioWare. También avanza cambios en la producción de los juegos para ofrecer una visión más clara de los proyectos y tiempos de posproducción más generosos para reducir la presión y la ansiedad de los desarrolladores.