Los más de 38.000 millones de euros que Savvy Games Group ha reservado para invertir en la industria del videojuego hasta 2030 se dividen en cuatro partes: 19.000 millones de euros se destinarán a la adquisición de participaciones minoritarias de compañías; 13.500 millones de euros serán para comprar "un editor líder” que “se convierta en un socio estratégico de desarrollo”; 5.400 millones de euros irán a empresas que añadan valor a la cartera de Savvy; y por último se emplearán 540 millones de euros en crear nuevas compañías.
La parte que más llama la atención son los 13.500 millones de euros para comprar un editor de videojuegos. Con esta cifra Arabia Saudí no está en posición de adquirir una compañía del tamaño de Electronic Arts o Take-Two, pero sí que podría llamar a la puerta de muchas otras, incluyendo Square Enix, Capcom, Sega o Embracer Group. En cuanto a los 19.000 millones de euros para la compra de participaciones minoritarias, parece que Savvy Games Group seguirá la misma estrategia que Tencent, que pone un pie en cada puerta.
Estas inversiones se sumarán a las que Arabia Saudí ya ha hecho a lo largo del último año. Solo en 2022, el fondo soberano controlado por Mohamed bin Salmán se ha hecho con el 96 % de SNK, el 5 % de Nintendo y el 8,1 % de Embracer Group. Además, Savvy Games Group ha comprado ESL Gaming, uno de los mayores organizadores de eventos esports, por 960 millones de dólares.
"Estamos aprovechando el potencial sin explotar en el sector de los esports y los videojuegos para diversificar nuestra economía, impulsar la innovación en el sector y aumentar aún más la oferta de entretenimiento y competiciones de deportes electrónicos en todo el Reino”, dice Mohamed bin Salmán. Además de por su dinero, el príncipe heredero de Arabia Saudí es conocido por violar los derechos humanos y por ordenar, según varias agencias de inteligencia, el asesinato del periodista Jamal Khashoggi.