En mayo de 2022 el PIF reveló que había adquirido el 5,01 % de Nintendo en una operación valorada en 2.855 millones de euros. En ese momento el fondo saudí se transformó en el quinto accionista de la compañía japonesa e informó que su entrada en la empresa se hizo con fines de inversión. Ahora Arabia Saudí sube al 6,07 % su participación en Nintendo y salvo novedad su posición dentro de la Gran N así como sus intenciones no han cambiado. Si lo han hecho las acciones de Nintendo, que esta mañana han caído un 1,8 %.
Cuando el Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudí se hizo con el 5 % de Nintendo el año pasado, la compañía japonesa dijo no saber nada de la transacción y que la primera noticia le había llegado mediante la prensa. Sobre este último movimiento aún no se ha pronunciado.
El PIF dispone de 500.000 millones de dólares y está considerado como uno de los fondos soberanos de inversión más grandes del mundo. Antes de desembarcar en Nintendo, Arabia Saudí había movilizado más 3.300 millones de dólares para entrar en el accionariado de grandes editores estadounidenses como Electronic Arts, Activision Blizzard y Take Two. También es el propietario del 5 % de Capcom y Nexon. Además, ha invertido 1.000 millones de dólares en Embracer Group para hacerse con el 6 % de la compañía y comprado el 96 % de SNK.
En septiembre del año pasado Savvy Games Group, una compañía propiedad del fondo soberano de Arabia Saudí, anunció la inversión de 38.400 millones de euros a lo largo de ocho años para convertir el país en el “centro del sector de los videojuegos y los esports”. La mitad de ese dinero se destinará a la compra de participaciones minoritarias de compañías, mientras 13.500 millones de euros están reservados para adquirir un "un editor líder”. Respecto a los esports, Savvy Games Group compró la ESL Gaming en 2022 por 960 millones de dólares.
El objetivo del PIF es diversificar la economía de Arabia Saudi para depender menos de los hidrocarburos. Se trata de un dinero tras el cual encontramos un país que no respeta los derechos humanos, mientras que Mohammed bin Salman ha sido acusado de ordenar el asesinado del periodista y disidente saudí Yamal Jashogyi.