A pesar de que los seguidores de Age of Empires cuentan los días para el lanzamiento de la cuarta entrega prevista para el 28 de octubre, sus anteriores capítulos siguen recibiendo contenido. Este es el caso de Age of Empires II: Definitive Edition, que ya tiene disponible la expansión Dawn of the Dukes a cambio de 9,99 euros. Esta es el segundo complemento que recibe el veterano juego de estrategia en tiempo real desde el lanzamiento de la Definitive Edition. El primero fue Lords of the West.
Con Dawn of the Dukes los jugadores de Age of Empires II se abrirán paso por Europa central y oriental con tres campañas nuevas protagonizadas por Algirdas y Kestutis, Eduviges y Jan Žižka. También hay dos civilizaciones inéditas: bohemia y polacos.
Algirdas y Kestutis, dos de los siete hijos de Gediminas, son los responsables de haber unificado los territorios del Gran Ducado de Lituania. En la campaña de Age of Empires II los hermanos deberán hacer frente a la invasión de los caballeros teutónicos cuando el pequeño principado se encuentra dividido y al borde de la catástrofe. Sin embargo, Algirdas y Kestutis están dispuestos a luchar y expulsar a los cruzados para posteriormente hacer frente a la Horda de Oro mongola.
La campaña de Eduviges llevará a los jugadores al trono de Polonia cuando nuestra reina no era más que una niña. Durante su reinado Eduviges deberá enfrentarse a la guerra al mismo tiempo que lidia con las voluntades de líderes como Jogaila y Vytautas, dos de los grandes duques de Lituania. Por último tenemos la campaña de Bohemia protagonizada por Jan Žižka, un reconocido jefe militar y líder husita que entre el siglo XIV y XV revolucionó la estrategia militar gracias a innovaciones tecnológicas y tácticas.
Respecto a las dos nuevas civilizaciones, bohemia se presenta como una nación con armas avanzadas y resistentes guerreros que cuenta con unidades exclusivas como las carretas de los husitas, precursoras del tanque moderno, y los houfnices, que mejoran los cañones de bombardeo. Por su parte, los polacos trabajan por hacer de su país uno de los estados más poderosos de la Europa medieval y para ello cuentan con los martillos de guerra, soldados de infantería cuyas armas destrozan las armaduras de las unidades enemigas.