Los antecedentes del fallo señalan que un desarrollador de DICE advirtió en 2013 que el uso del nuevo motor Frostbite 3 en Battlefield 4 hacía el juego más propenso a fallos que versiones anteriores. No obstante, la cúpula de EA comunicó a sus inversores rumbo al estreno de BF4 que el uso de Frostbite 3 ya estaba "carente de riesgos", algo que la compañía considera una mera opinión.
"El Tribunal está de acuerdo con los acusados en que todas las supuestas declaraciones fraudulentas son opiniones, optimismo corporativo o bombo sobre el que no se puede actuar", reza el fallo. "Las declaraciones del acusado [Frank] Gibeau […] sobre que EA estaba en 'mejor posición' para la transición a la next-gen y que Frostbite 3 se había 'librado de riesgos en gran medida' son vagas expresiones de optimismo corporativo y bombo en las que no confiaría ningún inversor razonable".
"Las declaraciones del acusado [Andrew] Wilson […] explicando que EA 'trabajaba de forma más cercana con Microsoft y Sony durante todo el proceso', resultando en un 'abanico de juegos que son los mejores títulos de transición que he visto en esta Compañía', es una opinión y una muestra de optimismo corporativo".
"Del mismo modo, las declaraciones del acusado [Peter] Moore […] asegurando que 'Sentimos… que estamos muy por delante en esta transición, y lo vamos a clavar' también es una sentencia de optimismo corporativo sobre la que no se puede actuar legalmente".
A mediados de este año, el director ejecutivo Andrew Wilson reconocía que el lanzamiento de Battlefield 4 había sido "inaceptable". Sin embargo, el mea culpa no ha evitado la llegada de la edición Premium del shooter bélico un año después del su debut original.