“Para mayor claridad realmente no era un problema del servidor de Battlefield”, dice Andrew Wilson. “Fue un problema por parte del cliente. Ahora el juego está funcionando muy bien, la gente está ahí y se divierten”.
“Para mí, la situación que tuvimos fue inaceptable. Para el equipo era inaceptable. Hemos trabajado incansablemente desde entonces para asegurarnos de que la experiencia de juego fuera lo que debería haber sido en el lanzamiento y seguimos centrados en mejorarla aún más”.
Pero de esta mala experiencia Electronic Arts quiere sacar algo bueno. Según Wilson la compañía ha realizado una serie de cambios en el proceso de desarrollo para evitar en el futuro la misma situación vivida con Battlefield 4.
“Hemos cambiado los procesos y plazos de desarrollo y hemos cambiado los procesos de prueba y beta, con el fin de no tener esos problemas de nuevo”, comenta Wilson. Que sin embargo dice no poder afirmar “‘no volveremos a tener fallos”, ya que en su opinión hacer eso sería ingenuo. Para Wilson los problemas técnicos de Battlefield 4 van de la mano de la innovación y llevar las cosas hasta el límite, aunque con las nuevas medidas tomadas esperan tener un mayor control sobre estos retos.
Electronic Arts tiene la oportunidad de demostrar haber aprendido de la mala experiencia vivida con Battlefield 4 con Hardline, la nueva entrega de la saga prevista para el 23 de octubre de este año en PS4, PS3, Xbox One, Xbox 360 y PC.
“Hardline ha tenido tres años. El año pasado fue una situación única”, dijo Wilson. “No voy a quitarme ninguna responsabilidad, nosotros somos los culpables y por ello hemos trabajado incansablemente para remediar la situación, pero cuando estás desarrollando un juego en una plataforma aún sin terminar con software aún por acabar, hay algunas cosas que no pueden ser creadas hasta el último minuto”.