Parte de la comunidad de CS:GO se rebela contra el tiempo de espera en los intercambios de skins

David Rodriguez
Valve introdujo el pasado jueves 29 de marzo un importante cambio en la política de intercambio de skins de Counter-Strike: Global Offensive, forzando un tiempo de espera entre transacciones sobre un mismo elemento de siete días. El motivo del cambio era según la correspondiente actualización en el blog del juego el de limitar la explotación del sistema por bots automatizados que algunos servicios externos emplearían para llevar a cabo frecuentes fraudes y estafas.

El subsistema de objetos cosméticos de CS:GO funciona simultáneamente a varios niveles. Por una parte, cualquier usuario puede aprovechar la infraestructura del mercado de Steam para intercambiar con otros jugadores las skins de armas obtenidas como parte del juego normal o en los "cajas de armas", cuyo contenido es una incógnita hasta que se desbloquean con una "llave" de pago también intercambiable. Este mecanismo incluye desde su puesta en marcha con la actualización "Arms Deal" de 2013 ciertas restricciones así como un valor máximo de transacción, proporcionando además a Valve un 15 por ciento del valor de cada intercambio.

Fruto de la explosión en la valoración de estos cosméticos y el interés de muchos en poder emplear las transacciones para obtener dinero real (el sistema de Valve solo contempla los pagos con fondos desde y a la cartera de Steam de los implicados) surgieron poco tiempo después múltiples servicios externos que permiten conectar el inventario con una cuenta libre de las restricciones de Valve. Algunas de estas webs se limitaron a implementar una versión propia del intercambio sin límites de precio y con posibilidad de gestionar los pagos mediante PayPal o criptomonedas, pero otras fueron más allá.

Con la popularización de CS:GO como deporte de espectadores, surgieron en la web múltiples páginas destinadas a las apuestas sobre los encuentros profesionales. Estas webs eluden la prohibición de apuestas deportivas de la mayor parte de los Estados Unidos y muchos otros países al no aceptar la participación con dinero real, sino con los no tan regulados "bienes virtuales", en este caso, las skins, cajas de armas y llaves del juego.

Resumen de Jim Sterling sobre la situación del mercado y los posibles efectos del cambio.

Muchos de estos servicios evolucionaron después hacia un modelo de funcionamiento similar pero que ya no implicaba los resultados de enfrentamientos profesionales, asemejándose más a máquinas tragaperras en las que los usuarios pueden gastar dinero a cambio de la posibilidad de obtener un cosmético valioso. Varias de estas webs recibieron una atención no deseada por casos de corrupción como el de populares youtubers que atraían a sus potenciales clientes "abriendo" en sus vídeos cajas no representativas de las probabilidades reales de éxito.

Aunque según Valve la intención principal del cambio de política es la de limitar o al menos frenar este tipo de prácticas, aduciendo que la diferencia principal entre los usuarios legítimos y los bots de webs fraudulentas es la frecuencia de los intercambios sobre el mismo objeto, no son pocas las voces críticas que han protestado contra la modificación del sistema.

Desde su presentación, varias personalidades de la escena del juego e incluso algunos jugadores profesionales han asegurado desde su presencia en redes sociales que el cambio beneficia exclusivamente a Valve, que buscaría recuperar parte de los ingresos por comisiones de un mercado no oficial varias magnitudes mayor que el suyo. Según estos críticos, la medida no detendrá a las webs fraudulentas pero sí supondrá una inevitable caída en el interés despertado por el juego en comunidades como la del subreddit dedicado al intercambio entre usuarios.

Uno de los primeros efectos del cambio ha sido la devaluación de muchos de los objetos más caros, causada en parte por las afirmaciones de muchos traders que se habrían desecho de sus activos ante la preocupación de una pérdida importante de valor. Esta tendencia a la baja parece haberse corregido parcialmente en las últimas horas pero todavía es motivo de pánico para muchos miembros de la comunidad.

Una petición organizada en Change.org para la cancelación del cambio de política ha alcanzado hasta ahora más de 115.000 firmas, una cantidad por otra parte sujeta a las habituales dudas por las carencias en la validación de usuarios de la plataforma. No son pocos los que asumen que el movimiento de reacción contra el cambio parte precisamente de los negocios a los que Valve intentaría perjudicar con su introducción.