“Hoy anunciamos que Facebook ha decidido cambiar hacia una estructura de ventas local en los países donde tenemos una oficina para apoyar las ventas de los anunciantes locales”, dice en un comunicado Dave Wehner, director financiero de Facebook. “En términos simples esto significa que los ingresos publicitarios que respaldan nuestros equipos regionales ya no serán gravados en nuestra sede internacional en Dublín, sino que serán registrados por nuestra compañía local en cada país”.
Facebook tiene oficina en 25 países de todo el mundo, incluyendo la mayor parte de mercados europeos como España, Alemania, Francia o Italia. La compañía afirma que el cambio precisará de “importantes recursos” y se realizará “lo más rápido posible para garantizar una transición sin problemas a nuestra nueva estructura”. El plan Facebook es iniciar el camino hacia la nueva forma de tributación a lo largo del 2018 y completarlo durante la primera mitad del 2019.
La decisión tomada por Facebook responde a la presión de la Comisión Europea. Hace años que el órgano ejecutivo europeo tiene a Margrethe Vestager, comisaria de Competencia, persiguiendo a las grandes tecnológicas estadounidenses, ya sea por atajar la evasión fiscal o castigarlas por su abuso de posición dominante. El éxito de Vestager es notable. Amazon paga impuestos en cada país de Europa desde 2015 y Apple de momento ha accedido a depositar 13.000 millones de euros por las ayudas fiscales de Irlanda.
"Creemos que cambiar a una estructura de ventas locales proporcionará más transparencia a los gobiernos y a los reguladores, que han pedido una mayor visibilidad sobre los ingresos asociados con las ventas apoyadas por las oficinas regionales”, dice Wehner.