“Las restricciones por COVID-19 han afectado temporalmente a la principal instalación de ensamblaje de iPhone 14 Pro y iPhone 14 Pro Max localizada en Zhengzhou, China”, dice Apple en su comunicado. “Actualmente, la fábrica opera a una capacidad significativamente reducida [...] Seguimos observando una fuerte demanda de los modelos iPhone 14 Pro y iPhone 14 Pro Max. Sin embargo, esperamos que los envíos de iPhone 14 Pro y iPhone 14 Pro Max sean menores de lo que habíamos previsto anteriormente y los clientes experimentarán tiempos de espera más largos para recibir sus nuevos productos”.
En octubre, fuentes de Reuters señalaban que la producción de iPhone podría caer como mínimo un 30 % debido a las draconianas restricciones por COVID-19 que mantiene China. Recientemente, los más de 200.000 trabajadores que Foxconn tiene en sus instalaciones en Zhengzhou se vieron obligados a permanecer confinados en sus puestos de trabajo por un brote de COVID-19. Sin embargo, debido al descontento por la prolongación de las medidas y la falta de alimentos y cuidados médicos, muchos huyeron y abandonaron la fábrica.
En China se aplica una política de COVID zero que al presidente Xi Jinping, recientemente elegido por tercera vez como secretario general del Partido Comunista Chino, le viene muy bien para controlar aún más a la población. Zhengzhou es una ciudad con 10 millones de habitantes y los confinamientos se decretaron después de detectar 64 casos de coronavirus. En España, un país con 47,3 millones de habitantes, se hace vida normal y la última semana el Ministerio de Sanidad informó sobre 17.875 contagios por COVID-19.
Apple dice que trabaja con Foxconn “para volver a los niveles de producción normales, garantizando al mismo tiempo la salud y la seguridad de todos los trabajadores”. La fábrica de Foxconn en Zhengzhou es la responsable de ensamblar la mayoría de iPhones, pero durante los últimos años Apple ha trasladado parte de la producción fuera de China y empezó a fabricar el modelo base de iPhone 14 en la India.