Según este documento, durante el pasado año fiscal que llegó a su fin el 30 de junio de 2021 Xbox Game Pass experimentó un crecimiento interanual del 37,48 %, pero Microsoft había apuntado a un aumento de los suscriptores del 47,79 %. El optimismo de la tecnológica quizás tenía que ver con los datos del anterior año fiscal que terminó el 30 de junio de 2020, periodo durante el cual los clientes de Xbox Game Pass crecieron un 85,75 % cuando la meta de la compañía era registrar un aumento del 71 %.
La presentación financiera destinada a los accionistas también nos revela que desde 2019 el crecimiento de los suscriptores de Xbox Game Pass forma parte de la lista de objetivos de rendimiento para los altos ejecutivos de Microsoft. En el documento la compañía dice que “por motivos de competencia” los “objetivos y los resultados se expresan en términos de crecimiento interanual” en lugar de números reales de suscriptores. Veremos si en la próxima presentación de resultados Microsoft se anima y actualiza el número de clientes.
Xbox Game Pass es la gran apuesta de Microsoft en el sector gaming. Con este servicio (y según se puede leer en el documento) la compañía busca “redefinir cómo se distribuyen, juega y ven los juegos”, así que no ahorrará a la hora de impulsar su crecimiento. La compra de Bethesda Softworks engrosó el catálogo del servicio, pero no aportó ninguna novedad ni lo hará próximamente, ya que Deatloop y Ghostwire: Tokyo tienen una exclusiva temporal con PS5. Pero los bombazos están a la vuelta de la esquina.
El 28 de octubre Xbox Game Pass sumará Age of Empires IV, el 9 de noviembre llegará Forza Horizon 5 y el 8 de diciembre debutará Halo Infinite. Durante el 2022 llegarán las primeras novedades de Bethesda Softworks con Redfall (verano) y Starfield (11 de noviembre).