En el punto 5.61 del informe, se indica la existencia de un análisis interno de Microsoft que “muestra una disminución del [eliminado] % en las ventas de juegos base doce meses después de su adición en Game Pass”, mientras que en el apartado 5.64 se afirma que “documentos internos de Microsoft reconocen que añadir títulos a Game Pass podría canibalizar las ventas B2P [buy-to-play o pagar para jugar]”. El documento también dice que los usuarios de Game Pass siguen comprando juegos y la CMA comenta que en este momento no está en posición de determinar con rotundidad si el servicio es un complemento o una sustitución del B2P.
Que las ventas de un juego bajen después de pasar por el catálogo de Game Pass parece lógico, pero este modelo de negocio no tiene porque ser menos lucrativo que el tradicional.
En declaraciones a Eurogamer, un portavoz de Microsoft comenta que la compañía se "centra en ayudar a los creadores de videojuegos de todos los tamaños a maximizar la valuación total que reciben a través de Game Pass”. La tecnológica defiende que “cada juego es único”, así que trabajan con los desarrolladores para ofrecerles un programa personalizado que refleje lo que necesitan y garantice que reciben una compensación financiera por la participación de su juego en Game Pass. “[...] el número de desarrolladores interesados en trabajar con Game Pass sigue creciendo”, asegura el portavoz de Microsoft.
Con todo, la monetización que propone Game Pass no convence a todo el mundo. Por ejemplo, en el informe Microsoft reconoce que una de las razones principales por las que Activision no ofrece juegos de lanzamiento mediante servicios de suscripción es porque canibalizaría las ventas B2P de sus juegos, que son una fuente clave de ingresos para la compañía. Si Microsoft consigue comprar Activision Blizzard, sus títulos estarán disponibles en Game Pass y no tendrá que preocuparse por las copias vendidas.