“Una investigación de la CMA ha concluido provisionalmente que la propuesta de compra de Activision por parte de Microsoft podría dar como resultados precios más altos, menos opciones y una menor innovación para los jugadores del Reino Unido”, dice la CMA en su comunicado. El regulador se muestra particularmente preocupado por los efectos que la operación podría tener en la competencia de los servicios de juegos en la nube y en el mercado de las consolas.
Desinversión o prohbir la compra, son las soluciones que propone la CMA.
La CMA sostiene que Microsoft es una de las mayores potencias en cuanto a juego en la nube, una posición que se ve reforzada por la consola Xbox, el sistema operativo Windows y la infraestructura de Azure y Xbox Cloud Gaming. En consecuencia, poder ofrecer en exclusiva (o disponibles en otros servicios con condiciones peores) los juegos de Activision Blizzard en su propia plataforma en la nube, reforzaría aún más la posición de la compañía y reduciría la competencia en el Reino Unido, cosa que la CMA no ve con buenos ojos.
Respecto al mercado de las consolas, el regulador apunta directamente a Call of Duty, un título que según se desprende de su investigación juega un papel importante a la hora de que el consumidor elija una plataforma. La CMA considera que a Microsoft le resultaría comercialmente beneficioso que los juegos de Activision fueran exclusivos de sus consolas (o estuvieran disponibles en PlayStation en peores condiciones). Por consiguiente, cree que la operación podría reducir el acceso al contenido y disminuir sustancialmente la competencia entre Xbox y PlayStation en el Reino Unido, lo que perjudicaría a los jugadores.
¿Qué propone la CMA para poner remedio a sus preocupaciones? Las soluciones que pone sobre la mesa el regulador británico son dos: desinversión y prohibir la compra de Activision Blizzard. La primera alternativa admite tres opciones, incluyendo desprenderse de Call of Duty, de todo el negocio de Activision o de ambas compañías.