“Siempre me entusiasmo cuando existe la posibilidad de dar un paso hacia adelante con un nuevo hardware, tecnología y cualquier cosa que nos entregue más poder”, dice Pitchford. “Creo que los consumidores se darán cuenta de la profunda diferencia que supondrá tener la capacidad de rendimiento de estas nuevas plataformas. Es absolutamente irreal. El salto con PS5 y Xbox Series X es el mayor que se haya visto en la historia de las generaciones de consolas. Lo digo incluyendo el salto del 2D al 3D”.
Sin embargo, Pitchford asegura que esta diferencia entre la actual y la próxima generación “será difícil de ver con los títulos de lanzamiento”. Esto no es algo nuevo. Los juegos que acompañarán a PlayStation 5 y Xbox Series el día de su llegada al mercado serán ports, adaptaciones de la actual generación o su desarrollo se inició hace años y sin conocer las especificaciones finales de las consolas. En esta situación tenemos a Godfall, un juego de lanzamiento para PS5 que llegará (también al PC) bajo el sello editorial de Gearbox Software.
Volviendo al salto generacional del que habla Pitchford, sus palabras posiblemente sonarán a más de uno. Phil Spencer, máximo responsable de Xbox, ya dijo algo similar hace unos meses cuando comentó que “la sensación de jugar en la próxima generación supondrá el cambio más drástico desde el salto de 2D a 3D”. Para Spencer las mejoras en el ancho de banda de la memoria y el procesador, así como la incorporación de tecnologías como el trazado de rayos o el uso del SSD como medio de almacenamiento, marcarán la diferencia.