El editor estadounidense espera que los activos de GameFly le permitan encontrar nuevas vías para que los jugadores accedan a sus títulos desde cualquier dispositivo. La lógica dice que Electronic Arts utilizará la tecnología y el personal de GameFly para construir su propia plataforma de juego en la nube, y ofrecer a sus clientes un servicio de streaming mediante el cual se puedan ejecutar sus juegos de forma remota en cualquier dispositivo y lugar, incluyendo smart TV o periféricos como el Fire TV Stick de Amazon.
Esta iniciativa permitirá a Electronic Arts llegar a una gran audiencia que no necesitaría comprar una consola o un PC para jugar a sus títulos. También se trataría de una plataforma que podría funcionar muy bien con la suscripción Origin Access y EA Access, dos servicios que ofrecen acceso ilimitado a un catálogo de obras tanto de Electronic Arts como de otros editores, posibilidad de probar los juegos antes del lanzamiento y descuentos a la hora de adquirir títulos o contenido descargable.
Hace casi 10 años que la industria del videojuego se ha mostrado interesada en el juego en la nube, pero se trata de una tecnología que de momento no ha logrado despegar. En 2010 OnLive se transformó en el primer intento serio de llegar al gran público, pero la compañía terminó desahuciada y Sony, que en 2012 había adquirido Gaikai, se quedó con sus activos para reforzar PlayStation Now. Microsoft también está interesada en el juego en la nube, pero de momento con Xbox Game Pass ofrece la descarga del juego y no la ejecución remota.
Una de las grandes desventajas de esta tecnología es la necesidad de tener una conexión a Internet rápida y con poca latencia, un hándicap que con el tiempo va desapareciendo gracias al despliegue de la fibra y la próxima llegada de la telefonía móvil 5G. Más difícil será que la tecnología elimine el repelús que algunos jugadores le tienen.