“Cada año invertimos mucho esfuerzo en la nueva entrega de FIFA o Madden, es mucho el código que ponemos a disposición en el lanzamiento de cada juego”, explica Wilson. El directivo reconoce que con el tiempo aumenta la facilidad de mover ese código, abriendo la puerta a no tener que hacer un lanzamiento anual y en su lugar “pensar en esos juegos como un servicio de 365 días”.
En China y en Corea Electronic Arts ya ofrece algunos de sus juegos deportivos mediante un servicio de suscripción. En esos mercados los grandes cambios se producen cada cuatro años y durante ese tiempo el juego se va actualizando de forma continua. En el mercado móvil EA Sports hace 3 años que lanzó Madden NFL Mobile y la ha mantenido a base de actualizaciones. Pero Wilson reconoce que el traslado hacia este modelo o uno similar no es algo que vaya a pasar a corto plazo, antes “deberían suceder algunas cosas”, pero en un futuro parece inevitable.
“El mayor cambio en el consumo de entretenimiento en los últimos cinco años ha sido la combinación del streaming y la suscripción”, dice Wilson. “Ha cambiado la forma en la que vemos la televisión. Cambió la forma en la que escuchamos música. Ha cambiado la forma en la que leo libros”.
Netflix con su servicio de streaming para ver series y películas ha demostrado que el cliente está dispuesto a pagar el entretenimiento de esta forma. Actualmente en la industria de los videojuegos son pocos los que sobreviven a base de suscripciones, pero cada vez son más los que transforman sus juegos en un live service para que el consumidor pueda gastar dinero en microtransacciones durante todo el año.
En los últimos días hemos visto a Take-Two presentar unos resultados financieros donde el 48 % de los ingresos han tenido su origen en las microtransacciones, mientras que Ubisoft obtiene un 51 % de sus ingresos digitales por esta vía.