En mayo, UbiSoft anunció que Watch Dogs se había convertido en la nueva IP más reservada del año. El sandbox desarrollado por varios estudios del editor francés rompió récords en su primera semana a la venta y en julio ya había despachado 8 millones de copias. La primera muestra de la fortaleza de Destiny se pudo ver en su beta, en la que participaron más de 4,6 millones de jugadores con su PS3, PS4, Xbox 360 o Xbox One.
“Destiny es el juego que siempre hemos querido hacer”, dijo Harold Ryan, presidente de Bungie. “Hemos soñado con este universo durante años, así que estamos muy emocionados por abrir las puertas y dejar que los fans den forma a esta experiencia y expliquen sus aventuras en el juego”.
Además del contenido inicial, Bungie ya se encuentra trabajando en nuevo contenido que actualmente se puede adquirir de forma anticipada con el Pase de Temporada. Se trata de dos expansiones, The Dark Below (previsto para el próximo mes de diciembre) y House of Wolves.
El lanzamiento de Destiny también ha desatado una guerra comercial entre Sony y Microsoft. Los nipones han ganado la contienda en los despachos con la exclusiva de la promoción o el pack de PS4 blanca junto al juego, mientras que los norteamericanos han tirado de ingenio con la fragancia Destiny y promociones (propias o de terceros) para promover las ventas.