Raspberry planea salir a bolsa

Alejo I
Nació como un proyecto educativo destinado a acercar la informática personal y la programación a colegios e institutos por módico precio, pero la Raspberry Pi se ha convertido en todo un fenómeno. Con más de 40 millones de unidades vendidas entre sus distintas variantes, esta otrora pequeña compañía ha creado y definido todo un mercado, el de las placas de desarrollo, que se ha extendido mucho más allá de lo didáctico, impulsando toda suerte de proyectos amateur e incluso industriales. Ahora ultima su salida en la bolsa de Londres.

Según el diario The Telegraph (registro necesario), Raspberry Pi Trading, la filial de la Fundación Raspberry responsable de la ingeniería y venta de los productos del grupo, ha contratado los servicios de dos firmas financieras para aconsejarla de cara a su transformación como empresa cotizada en bolsa; una posibilidad que la compañía llevaría meses valorando. De acuerdo con una fuente consultada por el rotativo británico, Raspberry tendría una valoración interna de más de 370 millones de libras, unos 440 millones de euros.

¿Y para qué podría querer Raspberry salir a bolsa? Los productos de la compañía son tremendamente populares y el viento parece soplar a su favor desde hace años, pero lo cierto es que desarrollar nuevas placas de creciente complejidad requiere una cantidad de dinero nada despreciable, y el reducido margen de beneficios que dejan sus precios dificulta las cosas. De hecho, la mayor parte de los ingresos de la compañía procede de la venta de licencias, según The Telegraph.

El pasado mes de septiembre Raspberry recibió 45 millones de dólares por parte de dos fondos de inversiones; una cantidad que según Eben Upton, máximo responsable de la empresa, servirá para que los ingenieros se sientan menos presionados a corto plazo. La cuestión es que esta forma de financiación crea numerosas incertidumbres de cara al futuro, y en palabras de Upton, "tenemos grandes planes para los próximos cinco años". La venta de acciones podría aportar una mayor estabilidad.

Convertirse en empresa cotizada tiene lógicamente sus pros y sus contras. Por un lado, supondría una forma relativamente rápida de conseguir dinero para desarrollar nuevos productos, ampliar la gama e incluso acelerar lanzamientos. Por otro, el mercado fijaría unas expectativas a las que Raspberry debería responder, y existe la posibilidad de que la aparición de nuevos socios diluya su propósito original.
Fuente: Tom's Hardware