La Comisión ha concluido que Microsoft es un actor dominante en el mercado de las aplicaciones de productividad SaaS (software como servicio) para uso profesional, así que le preocupa la vinculación de Teams con Office 365 y Microsoft 365. En particular, le inquieta que Microsoft haya podido conceder a Teams una ventaja en materia de distribución, al no dar a los clientes la opción de adquirir o no el acceso a Teams cuando se suscriben a sus aplicaciones. Añade además que esta preeminencia se ha podido ver aumentada por las limitaciones de interoperabilidad entre los rivales de Teams y los paquetes ofimáticos de Microsoft.
Respecto a los cambios que hizo Microsoft para evitar (sin suerte) la acusación que hoy ha recibido, la Comisión asegura que "son insuficientes" para abordar sus preocupaciones. En consecuencia, le pide más ajustes para cumplir con las normas de competencia de la Unión Europea. "Nos preocupa que Microsoft pueda estar brindando una ventaja indebida a su producto [Teams] sobre el de los competidores, al vincularlo con sus populares paquetes ofimáticos para empresas [Office 365 y Microsoft 365]", ha dicho Margrethe Vestager, vicepresidenta primera de la Comisión y comisaria de Competencia.
Por su parte, Microsoft se muestra conciliadora y dice estar trabajando con la Comisión para encontrar soluciones que disipen sus preocupaciones. En caso de que no haya un acuerdo, Bruselas puede adoptar decisiones que pongan fin a la conducta contra la competencia e imponer una multa de hasta el 10 % del volumen de negocio anual de la compañía a nivel mundial. La Comisión y Microsoft se conocen perfectamente. Hace 15 años que no tienen grandes encontronazos en materia de competencia, pero tras las batallas legales de principios de siglo han mostrado sintonía en temas tan candentes como la compra de Activision Blizzard.