“Es nuestra intención que todos los juegos de Xbox One que no requieran de Kinect se puedan jugar en Xbox Series X desde el lanzamiento de la consola”, dice Phil Spencer, máximo responsable de Xbox y vicepresidente de Microsoft. “Debido a la potencia sin precedentes de Xbox Series X, la mayoría de tus juegos favoritos se cargarán más rápido y se verán y funcionarán mucho mejor en la consola nueva”.
Según indica Spencer a The Verge, “no hay forma de que Kinect funcione [en Xbox Series X]”. La nueva consola de Microsoft no tiene conexión para Kinect y no será posible usar el adaptador USB que se dejó de fabricar en 2018. Un año antes, en 2017, se había certificado la muerte del periférico. Kinect es el dispositivo electrónico más rápidamente vendido de todos los tiempos durante los primeros 60 días a la venta, pero también es el motivo por el cual Xbox One salió a la venta por 100 euros más que PS4.
Los “miles de juegos” retrocompatibles que desde el primer día ejecutará Xbox Series X tendrán automáticamente soporte para HDR y en algunos casos doblarán su tasa de fotogramas original hasta los 120 FPS.
Spencer recuerda que Xbox Series X también admitirá juegos de Xbox y Xbox 360, así que será una consola que permitirá jugar a cuatro generaciones de títulos. Todo el trabajo para ejecutar los juegos de las anteriores Xbox corre a cargo de los ingenieros de Microsoft, ya que según la compañía no ha implicado esfuerzo alguno por parte de los desarrolladores. Tampoco tiene coste para los usuarios. Los periféricos como el mando Elite o el Xbox Adaptive Controller también podrán usarse en Xbox Series X.
“A diferencia de otros, creemos que las inversiones que has realizado en los videojuegos deberían avanzar contigo a la próxima generación”, sentencia Phil Spencer.