Yoshio Osaki, presidente y director ejecutivo de IDG, afirma que el precio de venta de los juegos se ha mantenido desde 2005, mientras que el de la televisión (streaming, cable…) y películas ha subido significativamente. “La última vez que el precio del software de lanzamiento de una nueva generación subió fue en 2005 y 2006, cuando pasó de 49,99 a 59,99 dólares”. En esa época se pusieron a la venta Xbox 360 y PlayStation 3.
El directivo asegura que durante este tiempo el coste de producir un juego ha subido entre un 200 y 300 %, dependiendo de la propiedad intelectual, el estudio y el género, pero que el precio de venta se ha mantenido en 59,99 dólares (69,99 euros). Sin embargo, las entradas de cine, la suscripción a los servicios de streaming y los paquetes de televisión han subido. El directivo comenta que si el precio de los juegos aumenta hasta los 69,99 dólares el incremento desde 2005 será del 17 %, menos que otro tipo de entretenimiento.
“IDG trabaja con todos los principales editores de la industria y nuestros sondeos indican que también están explorando la posibilidad de aumentar el precio de los juegos de próxima generación en algunas franquicias", dice Osaki. "No todos los juegos de próxima generación deberían costar 69,99 dólares, pero los AAA como NBA 2K21 merecen este precio más que otros”. El directivo sostiene que incluso con la subida de precio a 69,99 dólares no se cubre el incremento en los costes que a lo largo de los últimos años ha experimentado el desarrollo de juegos.
Hace pocos días Shawn Layden, antiguo responsable de Sony Worldwide Studios, afirmaba que el actual modelo de juegos AAA no es sostenible debido al coste de desarrollo y el precio de 59,99 dolares. Por otro lado, si los títulos para la próxima generación de consolas suben de precio, servicios de suscripción como Xbox Game Pass aumentarán su atractivo.