“He hablado con al menos cinco equipos pequeños, de 35 o menos personas, durante la GDC: recortes, recortes, recortes, financiación cancelada y conversaciones que llevan un marcha un año suspendidas”, dice Casey Yano, cofundador de Mega Crit (Slay the Spire). “Es una mierda. Definitivamente somos unos privilegiados por poder autofinanciarnos. De lo contrario, ahora mismo estaría muy asustado”. Por su parte Chris Bourassa, director de Darkest Dungeon, comenta que las ofertas de Microsoft para añadir juegos a Game Pass han reducido su generosidad desde que el servicio de suscripción se puso en marcha.
“También lo ha hecho Epic”, añade Bourassa. “La fiebre del oro se ha acabado. Vengo de los Territorios del Noroeste. Soy de una ciudad que se construyó sobre el oro y luego encontraron diamantes más al norte. Quizás nos espera otro cambio de paradigma, pero sin duda alguna la escala de los acuerdos de los que estoy oyendo hablar es significativamente menor que antes. Sin duda alguna, conseguimos nuestro acuerdo con Epic en el momento oportuno”.
Red Hook Studios, desarrollador de Darkest Dungeon, lanzó la segunda entrega de la saga en exclusiva en la Epic Games Store después de que la primera encontrará el éxito tras debutar mediante el acceso anticipado de Steam. Estos acuerdos no han sido demasiado populares entre una parte de la comunidad de jugadores, pero para los estudios indie son una forma de obtener financiación e incluso alcanzar un punto de equilibrio antes de lanzar el juego. Una red de seguridad que no se deja escapar cuando el éxito de un juego puede determinar el futuro de una compañía y sus empleados.
Lo cierto es que la industria del videojuego no está pasando por su mejor momento, como mínimo de puertas adentro. Es ahí donde tienen lugar los despidos, cierres, compra y venta de estudios… Algunos miembros del sector ya avanzaron a principios de año que el 2024 sería complicado y estaría marcado por el cierre de desarrolladores y editores. Para los jugadores la situación es distinta, pues los buenos juegos no dejan de salir, pero aquellos que los hacen deben poder trabajar tranquilos para seguir entregando buenas experiencias.