Los detalles técnicos están por ahora a buen recaudo y apenas han trascendido detalles, pero los contactos de VGC indican que la nueva consola de Nintendo podrá usarse en modo portátil de forma similar a Switch. Dos de estos informantes añaden que la consola se lanzará con una pantalla LCD, en lugar de una OLED, para reducir los costes y así equipar el dispositivo con una mayor capacidad de almacenamiento interno. Nintendo Switch tiene 32 GB de memoria interna y en una consola de nueva generación con gráficos en alta definición esa cantidad sería ridícula. En PlayStation 5 y Xbox Series los juegos pueden ocupar más de 100 GB.
Al igual que Switch, la nueva consola de Nintendo tendrá soporte para juegos en formato físico. Lo contrario sería poco creíble en una consola fabricada por la compañía japonesa, que pasa por ser una de las que más apuesta por este formato.
Lo que aún no está claro es la retrocompatibilidad. En el pasado Nintendo ha expresado su deseo de trasladar los jugadores de Switch a su próxima consola y para ello ha puesto en el centro las Cuentas Nintendo. Switch ha vendido más de 125 millones de unidades, de ahí el interés de que la nueva consola herede la mayor parte posible de esta base de jugadores. VGC afirma que algunos editores third-party han mostrado su preocupación por si la retrocompatibilidad con los juegos de Switch afecta negativamente a la venta de los títulos para la nueva consola.
Según los analistas consultados por VGC, tiene sentido que el plan de Nintendo pase por lanzar una consola de nueva generación el próximo año. Las ventas de Switch empiezan a caer año tras año y en 2024 la previsión es que también lo hagan las de software. Además, en 2024 habrán pasado cuatro años desde el lanzamiento de PS5 y Xbox Series. Transcurrieron los mismos entre el lanzamiento la anterior generación y Nintendo Switch.