Zelnick propone un hipotético escenario donde Take Two anualizara todas sus sagas, algo que en un Excel sumaría. “Pero, ¿qué implica?”, se pregunta Zelnick. “Implicaría duplicar nuestros equipos de desarrollo. Implicaría poner en entredicho nuestra calidad. Implicaría el riesgo de que los consumidores se cansaran de estas franquicias. Una de las mejores cosas de Take-Two es que sus sagas son permanentes. Son amadas. Mientras que nuestros competidores las queman y deben crear de nuevas, algo que es muy difícil de hacer”.
Como muestra del éxito de este modelo, Zelnick señala que los sellos Rockstar Games y 2K Games tienen once franquicias que han conseguido vender más de 5 millones de copias cada una. Además, Take Two ha distribuido 54 juegos que han despachado como mínimo 2 millones de unidades. El objetivo de la compañía es tener el suficiente número de franquicias para poder lanzar nuevos juegos cada año y dejar un espacio suficiente entre cada entrega para dejar respirar la licencia. Este descanso es beneficioso tanto para los jugadores como para los creativos.
Una de las metas de Zelnick como máximo responsable de Take Two ha sido eliminar la dependencia de Grand Theft Auto para ofrecer buenos resultados económicos. Parece que el directivo lo ha conseguido gracias a Bioshock, Civilization, Mafia, Red Dead, Max Payne o Borderlands. Los únicos juegos que la compañía ofrece cada año son los deportivos, NBA 2K y WWE 2K.