Las instrucciones de Nintendo se deben al temor que tiene la compañía de dañar su reputación e imagen de marca. Los clientes de juegos para móviles pueden llegar a gastar cientos o incluso miles de euros tratando de conseguir artículos, armas, atuendos o cartas raras. Hay jugadores que se han dejado hasta 12.000 dólares en Clash Royale, 3.200 dólares en una noche jugando a Hearthstone o 1 millón de dólares en Game of War. Nintendo prefiere introducir sistemas más amigables, aparcar la codicia y no protagonizar titulares negativos aunque eso le lleve a ganar menos dinero.
“Nintendo no está interesada en obtener una gran cantidad de ingresos de un solo juego para smartphones”, dice un representante de CyberAgent Inc, codesarrollador del juego de rol free-to-play Dragalia Lost que Nintendo publica en iOS y Android. “Si el juego dependiera únicamente de nosotros, habríamos conseguido mucho más”. El estudio también confirma que los ingresos por jugador de Dragalia Lost no han alcanzado las expectativas iniciales, y que Nintendo pidió que el juego fuera modificado después de que algunos usuarios se quejaran de la dificultad a la hora de desbloquear personajes raros.
Nintendo no ha confirmado ninguna conversación específica, pero sí comenta a The Wall Street Journal que habla con los desarrolladores third-party sobre “varias cosas” que no se limitan a las formas de pago.