Aquellos que quieran recordar lo que es Bad Company tienen que remontarse al 2008 para la primera entrega y al 2010 para la segunda, que consiguió vender casi seis millones de unidades. A pesar de este éxito de ventas que coincidió con el aplauso de público, Troedsson comenta que en DICE no están del todo seguros de cuál fue el elemento del que disfrutaron tanto los jugadores, haciendo que desarrollar una secuela sea difícil.
“Nosotros lo tomamos todo en cuenta cuando pensamos en el futuro y planeamos la estrategia de la franquicia”, dijo Troedsson a EuroGamer. “Pero hay una cosa que perdura en Bad Company y nos hemos estado preguntando, ¿qué es lo que realmente gusta de Bad Company?”
“Algunas personas dicen haber encontrado unos controles más rápidos y directos para el multijugador”, comenta Troedsson. “Hay gente que le gusta el modo campaña, sus personajes y su humor. A otros les encantan diferentes aspectos. Empezamos a llegar a un punto en el que si tuviéramos que hacer una secuela de Bad Company... ¿qué es lo que implicaría?”.
“Da miedo volver atrás y tratar de rehacer un viejo juego favorito de los fans, cuando en realidad nadie puede señalar qué es lo que le encanta a la gente”, añade Troedsson.
A pesar de las dificultades el jefe de DICE se pregunta y responde a sí mismo, “¿podemos hacerlo? Por supuesto”. Así que no todo está perdido. En palabras de Troedsson, Bad Company “siempre se puede revivir [...] Llegará, si la gente realmente lo quiere y si un equipo dentro de mi grupo realmente desea desarrollarlo sucederá seguro”.