De puertas afuera Apple mantiene el hermetismo sobre este dato, pero según el medio Daring Fireball, que cita las palabras del director ejecutivo Tim Cook durante una reunión con empleados celebrada a principios de año, estaríamos hablando de un total de 11 millones de reemplazos en todo el mundo desde el inicio del programa. Se trata de una cifra que multiplica por 10 el número habitual de sustitución de baterías, una operación a la que normalmente se acogen entre uno y dos millones de clientes al año.
Se desconoce cuántos de estos clientes hubieran adquirido un nuevo iPhone al ver que el rendimiento del suyo bajaba por culpa de la batería, pero durante el último trimestre de 2018 el precio medio de venta de un iPhone era de 793 de dólares. Con solo que el 50 % de ellos hubiera pasado de nuevo por caja, Apple habría ingresado algo más de 4.000 millones de dólares adicionales por la venta de iPhones, pero en su lugar recibió 319 millones de dólares mediante el programa de reemplazo de la batería. La buena noticia para Apple es que mantiene a esos 11 millones de clientes dentro de su ecosistema.
El programa de reemplazo de baterías ha influido negativamente en los ingresos de Apple, pero es probable que la desaceleración de las ventas del iPhone en la Gran China haya jugado un papel más importante.