Serkenobi escribió:La verdad es que Microsoft se está marcando un final de generación bastante lamentable. Lanzó a la venta una videoconsola (Xbox Series X) con un equilibrio perfecto en su relación calidad-precio, con mayor potencia y espacio de almacenamiento interno que la competencia, con el Quick Resume, con el FPS Boost y con una retrocompatibilidad más amplía, amén de ofrecer más mejoras que el ecosistema de Sony. También ofertó un modelo low cost (Xbox Series S) para los menos pudientes, facilitando su acceso a la nueva generación, esfuerzo considerable a mi juicio.
Y en los últimos meses, parece que han hecho todo lo posible para torpedearse sin piedad: subir el precio de la videoconsola en dos ocasiones hasta alcanzar los 600€, renunciar al formato físico en sus first party mientras sí lo ofrece en la competencia (agravio comparativo), acometer miles de despidos, cerrar varios estudios, cancelar videojuegos prometedores, etc.
Creo que se está evidenciando que no han sabido gestionar todo lo que ha conllevado la adquisición de Activision Blizzard, además de dar bandazos porque Nadella se impacientó y quería beneficios inmediatos (está claro que el plan de Spencer era consolidar nuevas sagas adscritas a Xbox con la adquisición de Activision Blizzard y tras los resultados cosechados por Starfield, Nadella cortó por lo sano, de ahí la política multiplataforma total). Las cuentas están ahí, nunca han ingresado tanto dinero, pero, ¿a qué precio? El de destruir la marca de Xbox.
Es una lástima que una reflexión que se solía atribuir a agoreros o "haters", ahora se esté haciendo realidad. Sigo estando muy satisfecho con Xbox Series X, pero la deriva experimentada por la división de Xbox en estos últimos tiempos me parece decepcionante y preocupante. Insisto, les avalarán los números, pero se están cargando la marca en el proceso. Si siguen así, es probable que no apueste por su siguiente videoconsola y quizá compensen esa pérdida o la de otros jugadores mediante fuentes de ingresos alternativas y complementarias, pero de lo que no tengo dudas, es que progresivamente están eliminando su base de consumidores, los adscritos a la marca, los que de una u otra manera, se identifican con la misma. Y esos, son los que la mantienen viva a largo plazo, por tanto si se reducen los afines a Xbox, si cualquier cosa es una Xbox, si ya nada identifica a Xbox porque su videoconsola será un PC, sus sagas se pueden disfrutar en videoconsolas ajenas y encima, destruyen proyectos y estudios que podrían diferenciarles por carecer de paciencia y querer el rédito ipso facto... Pues apaga y vámonos.
hilo_xbox-series-x_2289804_s218850#p1756059120Hace unos meses realicé esta reflexión y al igual que muchos usuarios coincidieron con la misma, no faltaron otros tantos que acusaron a dicho escrito de generar discordia, de magnificar, sobredimensionar y exagerar los acontecimientos, aseverando que los sucesos acaecidos no eran tan graves, prefiriendo algunos centrarse en lo "negativo" mientras obviaban en el proceso aquellas ventajas que superaban esas simples y meras "molestias", esos ligeros e insignificantes inconvenientes.
Y claro, ahora gran parte de ese discurso, que se sustentaba en seguir disponiendo de un servicio que por poco dinero, permitía acceder a cientos de videojuegos, un servicio característico, distintivo y único del consumidor de Xbox, el cuál justificaba todas estas políticas y decisiones tratándose sin duda alguna, de la punta de lanza de la división hacia un futuro evidentemente glorioso... Se ha derrumbado y hecho añicos en cuestión de segundos...
Tanto tiempo esgrimiendo que a diferencia no sólo de los clientes de otras plataformas, sino de incluso jugadores de la propia marca que apostaban y reivindicaban alternativas como el formato físico, mostrando su inquietud ante el progresivo y paulatino abandono y desprecio profesado por Microsoft, no debían asumir un elevado desembolso, pudiendo disfrutar de más juegos a un precio irrisorio, evitando métodos anticuados y obsoletos... Ahora se encuentran con una subida colosal que implicaría afrontar una cuantía superior a los 300 euros al año para al término del servicio, no tener nada...
Claro, eso igual no molestaba ni importaba cuando el importe anual era similar al que será a nivel mensual... Pero ahora ya no hace tanta gracia la jugada...
Durante mucho tiempo se excusó la preocupante deriva de Microsoft, con decisiones incomprensibles, agarrándose al faro de Game Pass, mientras se minimizaba cuando no directamente se ridiculizaba, a aquellos que enarbolaban críticas razonables y dibujaban un horizonte incierto.
Ahora, fruto de esa complacencia, de todo vale, tenemos un último giro de tuerca donde nuevamente, el consumidor del propio ecosistema, es perjudicado sobremanera.
Al final, resulta que no eran tan agoreros los que señalaban que apostar por suprimir opciones para potenciar el Game Pass como si fuera la segunda venida de Cristo, igual no era tan buena idea, igual suponía un peligro y perjuicio a la larga... Pero muchos no quisieron verlo, era más fácil ponerse la venda en los ojos, dejarse embelesar por los cantos de sirena y engañarse así mismos considerando que las condiciones del servicio serían inalterables, apostando todo a una carta...
Y ojo, que esto no va a terminar aquí, el que piense que Microsoft va aceptar de por vida que el personal compre claves de Uzbekistán por cuatro euros, que se vaya preparando, porque le siguiente paso es bloquear todos los códigos no adquiridos en el territorio o región que te pertenece, para que así todo el mundo pague el precio completo.
Qué fácil era pecar de ingenuidad y pensar que durante media vida, uno iba a poder jugar por cuatro duros a cientos de títulos, permitiendo, tolerando, consintiendo e incentivando en el proceso, los atropellos acometidos por Microsoft... ¿Ha merecido la pena?
Que lástima que una videoconsola con la factura y prestaciones de Xbox Series X, no esté a la altura en el último año y medio de la compañía que la creó...
Ahora sólo queda reflexionar acerca de lo sucedido, empezar a cuestionarse las cosas o por contra, aludir una vez más a conspiraciones sonyers, nintenderas o judeomasónicas, de aquellos que presencian con estupor, como el barco se dirige inexorablemente al iceberg con claras intenciones de estrellarse y naufragar.
Estoy muy decepcionado con todo lo acaecido y no creo que sea el único.