Este movimiento no ha sido motivado por la propia Apple. Bloomberg sostiene que la compañía se ha visto empujada por la Ley de Mercados Digitales (DMA) de la Unión Europea, que “tiene por objeto evitar que los guardianes de acceso impongan condiciones injustas a las empresas y los usuarios finales y garantizar el carácter abierto de importantes servicios digitales”. Esta ley, que a más tardar debe ser cumplida el 6 de marzo de 2024, obliga a compañías como Apple “permitir a los desarrolladores utilizar sistemas alternativos de pago integrados en las aplicaciones o permitir a los usuarios finales descargar tiendas de aplicaciones alternativas”.
Las fuentes de Bloomberg afirman que Apple está dedicando numerosos esfuerzos para sacar adelante esta iniciativa, que no ha sido muy popular dentro de la compañía. Apple siempre ha defendido la App Store como la única tienda dentro de su ecosistema, mientras que la opción de instalar aplicaciones mediante sideloading, los APK de Android, la ha descrito en alguna ocasión como “el mejor amigo de un ciberdelincuente”. Para Apple, en ambos casos es una cuestión de seguridad y privacidad de los usuarios, pero lo cierto es que también se juega parte de un negocio que el año pasado le aportó 275.000 millones en todo el mundo.
En cualquier caso, Apple seguirá mandando con mano de hierro en iOS. Para empezar, la compañía podría limitar a la Unión Europea la existencia de tiendas alternativas y la opción de instalar aplicaciones mediante sideloading, y quien quiera tener una tienda de apps en iOS se vería obligado a cumplir una serie de requisitos de seguridad. También se habla sobre la posibilidad de que la compañía cobre una tarifa.
Por otro lado, Apple tiene otros deberes sí quiere cumplir con la DMA. Por ejemplo, la Unión Europea le exigirá permitir la interoperabilidad de terceros con sus propios servicios (como iMessage). Apple también debe tener en cuenta que la legislación de la Unión Europea podría inspirar a otras regiones, lo que la obligaría a llevar estos cambios en todo el mundo. En Corea del Sur las leyes locales ya la han forzado a admitir sistemas de pagos de terceros.