Corea del Sur invertirá más de 370.000 millones de euros para liderar la industria de los semiconductores

Alejo I
La crisis de los semiconductores ha puesto de relevancia que la fabricación de chips y otros componentes de alta tecnología es tan estratégica como el abastecimiento de energía y la capacidad para producir vacunas. Con numerosas industrias padeciendo una sequía que está provocando pérdidas difíciles de cuantificar y miles de despidos debido a la paralización de las cadenas, las grandes potencias se han propuesto liderar el diseño y la fabricación de semiconductores. Y Corea del Sur no quiere quedarse atrás.

El país oriental, sede de firmas tan reconocidas como Samsung, SK Hynix y LG, ha anunciado un plan estratégico que le llevará e invertir el equivalente a 371.000 millones de euros en investigación y desarrollo hasta el año 2030. En total, indica Bloomberg, 153 compañías se beneficiarán de este maná en forma de inversiones directas y desgravaciones fiscales, que servirá para entre otras metas facilitar la expansión de Samsung, que ya ha anunciado que incrementará su gasto en un 30 % en los próximos nueve años.

El Ministerio de Comercio, Industria y Energía de Corea del Sur vaticina que las exportaciones de chips se duplicarán de aquí a 2030, pero países como Estados Unidos y China también quieren su parte del pastel. Solidificar la posición de sus fabricantes resulta por tanto clave en la estrategia económica del país a largo plazo.

Los esfuerzos por reforzar las industrias nacionales de semiconductores están teniendo orientaciones y resultados dispares. China, por ejemplo, ha sufrido un importantísimo revés con el hundimiento de HSMC, un fabricante de chips que ha entrado en barrena tras fracasar en su intento por conseguir tecnologías litográficas autóctonas competitivas en el mercado internacional, mientras que Estados Unidos apuesta por estimular firmas nacionales como Intel y Qualcomm mientras externas como TSMC y Samsung amplían sus capacidades en el país.

La Unión Europea, por su parte, tiene una industria de semiconductores muy reducida tras el hundimiento de las últimas décadas. Proporciona la maquinaria de alta tecnología utilizada por Intel y TMSC, entre otras, para fabricar sus chips, pero apenas tiene producción local. Por este motivo invertirá 672.500 millones de euros en préstamos y subvenciones hasta 2030, aunque ese monto también comprende la creación de infraestructuras digitales y es ajena a las inversiones realizadas independientemente por cada país.