En Warhammer 40,000: Boltgun los jugadores adoptan el papel de un curtido marine espacial que se embarca en una peligrosa misión a través de la galaxia para combatir a los demonios y los guerreros del Caos. Para acabar con los herejes y cumplir con los deseos del Emperador, nuestro protagonista dispone el arsenal imperial con el que abrirse paso “entre una tormenta de sprites, píxeles y sangre, todo envuelto en el más puro ambiente de los shooters de años atrás”. A pesar de que en este título todo tiene aroma a los años 90, en su interior se esconde tecnología moderna y conceptos de juego adaptados a nuestro tiempo.
Al igual que cualquier otro shooter de antaño, en Boltgun los enemigos aparecerán de la nada e intentarán acabar con el jugador de la mejor manera que puedan. Esto no cambia en el juego de Auroch Digital, hay localizaciones clásicas con enemigos aguardando su turno, pero también tenemos áreas donde el marine se enfrentará contra oleadas de herejes surgidas dinámicamente “gracias a un sistema inteligente, con oponentes que actúan buscando las posiciones más interesantes para retar al jugador”, explica el diseñador Grant Stewart.
“En esas situaciones, los diseñadores eligen a los enemigos por medio de un grafo de nodos y construyen el desafío escalando encuentros”, añade el diseñador. “Luego pueblan las arenas de combate con puntos de generación, ubicaciones del mundo en las que pueden aparecer enemigos. También con zonas, áreas que regulan hacia qué posiciones deberían intentar avanzar los enemigos durante el combate. A medida que se desarrollan los combates, la IA trata de encontrar la zona más idónea y se esfuerza por alcanzarla para atacar al jugador”.
Respecto al aspecto gráfico, Warhammer 40,000: Boltgun se encuentra a medio camino entre los modelos 3D actuales y los sprites. Boltgun emula la estética de antaño haciendo uso de un sistema híbrido que emplea software y técnicas modernas, incluyendo la popular solución gráfica Unreal Engine.