Al parecer, Graham Ivan Clark no estaba solo. El Departamento de Justicia de los Estados Unidos también ha acusado a otras dos personas: Nima Fazeli, de 22 años y residente en Orlando, y al británico Mason Sheppard de 19 años. Fazeli se enfrenta a cinco años de cárcel y una multa de 250.000 dólares por un delito de intrusión informática. Por su parte, Sheppard podría pasar 20 años en la cárcel al estar acusado de intrusión informática, fraude electrónico y lavado de dinero entre otros delitos.
En una actualización “sobre el incidente de seguridad”, Twitter ha explicado que el hackeo fue posible gracias a un ataque de ingeniería social que se sirvió de la técnica del phishing para acceder a las credenciales de empleados con acceso a la red interna de la compañía. Estos datos se emplearon para acceder a las herramientas de soporte. No todos los empleados afectados tenían permisos, pero se usaron sus credenciales para llegar a los sistemas internos, obtener información sobre los procesos de Twitter y acceder a otros trabajadores.
Los datos cosechados sirvieron para entrar a 130 cuentas de Twitter, tuitear desde 45, incluyendo las de Bill Gates, Elon Musk, Apple, Barack Obama, Warren Buffet, Jeff Bezos y Kim Kardashian, llegar al buzón de mensajes privados de 36 y descargar los datos de siete, según informa la red social. Los tuits publicados tenían como objetivo estafar criptodivisas enviando Bitcoins a una dirección concreta. Al monedero llegaron casi 13 bitcoins, más de 125.000 euros según el cambio actual.