Para empezar, Spencer ve a PlayStation 4 Pro más como la competencia de Xbox One S que de Xbox One X. Según el directivo, el nuevo modelo de Xbox One X es una “verdadera consola 4K”. Desde su punto de vista, solo hay que fijarse en las especificaciones para darse “cuenta de que Xbox One X juega en una liga diferente a la de cualquier otra consola disponible en el mercado”. Spencer saca a relucir la tarjeta gráfica de Xbox One X, un 40% más rápida, la mayor cantidad de memoria RAM o la velocidad del disco duro.
En cuanto al nombre elegido, Spencer tenía claro que incluir Xbox One era imprescindible, porque Xbox One X es parte de esta familia de consolas. Microsoft no podría llamarla Xbox One Elite porque ya hay una versión de Xbox 360 que usó este nombre y Xbox One S (de Scorpio) ya es una consola existente. Spencer reconoce que pensaron en usar el nombre Scorpio, pero se trata de una marca difícil de registrar en todo el mundo.
Finalmente, Spencer es interrogado sobre la falta de anuncios first-party durante la conferencia de Microsoft previa en el E3 2017. La compañía mostró decenas de juegos pero solo Forza Motorsport 7 (el único AAA), Ori and the Will of the Wisps, Super Lucky's Tale y Sea of Thieves llevan el sello de Microsoft. En este punto el directivo admite que hasta ahora se han centrado en el hardware, sin embargo, también se guardaron cosas, pues en Microsoft han aprendido a no anunciar los juegos antes de tiempo, evitando así casos como el de Scalebound.
El directivo encargado de hablar sobre los 499 euros que cuesta Xbox One X ha sido Aaron Greenberg, responsable de marketing. Greenberg se muestra “orgulloso” del precio de la consola, pues desarrollaron Xbox One X “para ser un producto premium” [...] “no pensando en un producto de bajo coste”.
Xbox One X estará disponible en todo el mundo a partir del 7 de noviembre.