Uno de los grandes cambios que ha prometido el presidente es reformar el programa de recopilación masiva de metadatos denominado Sección 215: "Creo que necesitamos un planteamiento diferente. Ordenaré por lo tanto una transición que terminará con el programa de metadatos Sección 215 en su forma actual, y establecerá un mecanismo que preserve las capacidades que necesitamos sin que el gobierno tenga acceso a dichos metadatos".
Obama también se ha referido al "pinchazo" de los teléfonos de varios líderes internacionales: "Salvo que haya un propósito de seguridad nacional convincente no monitorizaremos las comunicaciones de jefes de estado y gobierno de nuestros amigos y aliados". Sin embargo, el presidente recalca que esto no significa que la agencia deje de recopilar inteligencia en otros países: "No nos vamos a disculpar simplemente porque nuestros servicios de inteligencia sean más efectivos".
Otras reformas propuestas incluyen la necesidad de una orden judicial para consultar los datos recopilados por la NSA y la reducción de tres a "dos pasos" en los grados de conexión con un objetivo para considerar sospechoso a un ciudadano. Todas las propuestas de Obama pasarán ahora al Congreso de los Estados Unidos que decidirá su aprobación e investigarán medidas posteriores.
Respecto a las filtraciones de Snowden, Obama ha asegurado que "la manera sensacionalista en la que estas revelaciones se han divulgado arrojan más ardor que luz, exponiendo métodos a nuestros adversarios que podrían impactar nuestras operaciones de formas que aún no comprendemos". Declaraciones que coinciden con la última revelación de los documentos, asegurando esta vez que la NSA recopila a diario 200 millones de mensajes de texto en móviles de todo el mundo.