Según la ACCC, Valve ha violado la Ley al sentenciar que los consumidores "no tienen derecho a un reintegro de ningún juego vendido […] vía Steam bajo ninguna circunstancia". Igualmente, la organización considera que Valve ha "excluído, restringido o modificado garantías estatuarias y/o garantías legales de que los bienes serán de una calidad aceptable".
Aunque Steam no posee presencia física en Australia, la ACL se aplica a "todos los negocios que proveen bienes o servicios dentro de Australia". Por su parte, la plataforma digital señala en su política de reembolsos que "salvo que la ley local lo requiera", Valve no ofrecerá reintegros o cambios en juegos, DLCs o en objetos in-game adquiridos.
La primera audiencia sobre el litigio tendrá lugar en la Corte Federal del Registro de Sidney el próximo 7 de octubre. La ACCC busca admisión de culpabilidad, sanciones pecuniarias, órdenes de divulgación, publicidad adversa, compensaciones para los consumidores, un programa de cumplimiento y el pago de los costes legales por parte de Valve.
En un comunicado enviado a Polygon, el director de marketing de Valve, Doug Lombardi, ha asegurado que la compañía trabajará con el gobierno australiano para resolver el tema: "Estamos realizando todos los esfuerzos para cooperar con las autoridades australianas en este asunto, sin dejar de ofrecer servicios de Steam a nuestros clientes alrededor del mundo, incluyendo a los jugadores Australianos".