Denuncian que dos juguetes "inteligentes" pueden ser utilizados para espiar a los niños

Alejo I
La Navidad ya está a la vuelta de la esquina, y con ella, numerosos padres se agolpan en las jugueterías en busca de ese regalo con el que sorprender a sus vástagos. Una de las tendencias más recientes dentro del juguete clásico es la incorporación de tecnologías de reconocimiento de voz; una característica que puede mejorar la capacidad de interacción con los niños al coste de su privacidad.

Según afirma el Consejo de Consumidores de Noruega, al menos dos muñecos (i-Que y Mi Amiga Cayla) incumplen de forma flagrante las leyes europeas en materia de seguridad y privacidad. La asociación se ha unido a otras organizaciones similares en la Unión Europea y Estados Unidos para denunciar la situación ante las autoridades, señalando la posibilidad de que estos juguetes puedan ser utilizados para espiar las conversaciones en el hogar.

Tanto i-Que como Mi Amiga Cayla ofrecen bajísimos niveles de protección contra usos fraudulentos y requieren aceptar extensas cláusulas que podrían ser ilegales. Por ejemplo, el usuario acepta que las condiciones de uso pueden ser modificadas sin previo aviso, así como la utilización de información de carácter personal con fines publicitarios y la transferencia de dichos datos a terceras compañías no especificadas.


Más aún, el Consejo de Consumidores de Noruega muestra su preocupación ante el hecho de que ambos muñecos comuniquen las conversaciones de los niños a Nuance, una compañía especializada en reconocimiento de voz y con sede en Estados Unidos que "se reserva el derecho a compartir esta información con terceras partes y utilizar datos de voz para una amplia variedad de propósitos" (algo especialmente polémico dado el enconado debate sobre la transferencia de datos personales fuera de la Unión Europea).

Por último, se señala el hecho de que los muñecos incorporan frases preprogramadas promocionando otros productos, como por ejemplo las películas de Disney.

Independientemente de las resoluciones que adopten los organismos europeos, el Consejo de Consumidores de Noruega aconseja "pensar dos veces" la compra de este tipo de productos a la vista de "la falta de seguridad y protección de la privacidad" de los mismos. Si ya han sido comprados, se recomienda devolverlos a la tienda o como mínimo desactivarlos cuando no están siendo utilizados.