Según se describe, la patente está basada en un recubrimiento hidrófobo de tan sólo unas micras de espesor de algunos componentes internos de la placa base del teléfono. Este inapreciable aumento de espesor no repercutiría en el grosor del smartphone una vez terminado con su carcasa. En definitiva, es un sistema muy parecido al que ya aplican compañías como Liquipel.
Algunos esquemas que se pueden ver en el documento representan lo que parece ser un iPhone, aunque no se hace mención directa al smartphone de Apple. Otro dato importante es que la protección contra interferencias electromagnéticas de los iPhones, iPads y MacBooks puede causar algún que otro problema a la hora de conseguir una verdadera estanqueidad del dispositivo, algo en lo que al parecer siguen trabajando mediante juntas de silicona y otros métodos.
Sin embargo, como ocurre siempre que hablamos de patentes, es una cura en salud para la compañía por si alguien de la competencia se adelantase, o simplemente investigaciones que se llevan a cabo y que nunca se ponen en marcha realmente. Si tenemos en cuenta que Samsung ha abandonado esta característica en el modelo Galaxy S6, no estamos seguros de si los próximos modelos de iPhone serán finalmente resistentes al agua.