No tengo ni idea de qué gente forma el Observatorio de Emancipación del Consejo General de la Juventud, pero estaba leyendo una noticia en la que se les menciona. Entré en su web y en su último informe (segundo semestre 2022), uno ve así por encima cosas como:
el 20,6 % de las personas jóvenes que estaban trabajando no alcanzaran los umbrales mínimos de bienestar.
En 2022 el 30,2 % de las personas jóvenes se encontraban en riesgo de pobreza o exclusión social.
la edad media de emancipación en España se sitúe a finales de 2022 en los 30,3 años. Es decir, que en términos relativos la juventud en España no se emancipa.
el porcentaje de personas jóvenes en España que vivían fuera del hogar familiar era exactamente igual que el del primer semestre: el 15,9 % de toda la población joven, una cifra que no llega a la mitad de la media de la Unión Europea, que se establecía en el 31,9 %1.
De hecho, la edad media estimada de emancipación se estableció en los 30,3 años, por lo que lo más habitual era emanciparse una vez se dejaba de ser joven, de acuerdo con Eurostat.
para pagar un alquiler en solitario, una persona joven trabajadora tendría que dedicar el 83,7 % de su sueldo. Eso, sumado a los 141 euros de media que cuestan de media los suministros y servicios de una vivienda (como los recibos de agua, luz, gas, etc.), supondrían 1.053 euros al mes, el 96,6 % de su sueldo. Es decir, sólo le quedarían 36,93 euros para adquirir alimentos, comprar ropa y gastar en ocio, algo completamente inasumible.
no es solo que una persona joven trabajadora no pudiera, por lo general, emanciparse en solitario, sino que una de cada cinco personas de menos de 30 años con un puesto de trabajo se encontraba en pobreza o riesgo de exclusión social.
Si hacemos la comparación con 2008, la pérdida de poder adquisitivo de la juventud en 15 años ha sido del 20,8 %.
el 42,4 % de las personas jóvenes que tenían estudios superiores y habían dejado de estudiar tenían un trabajo que exigía una menor calificación que la que poseían. Por otro, casi la mitad de las personas jóvenes ocupadas a tiempo parcial (el 48,1 %) lo hacía de manera involuntaria.
El precio de compraventa de las viviendas libres, por su parte, subió un 3,3 % en un año. Esto, junto con el aumento de los tipos de interés aplicados en las hipotecas y al endurecimiento de las condiciones para la concesión de préstamos, causó que el coste de acceso a la compra de una vivienda libre para una persona joven en España aumentara 8,2 puntos entre 2021 y 2022 (del 52,5 % al 60,7 % de su salario neto), la mayor subida desde mediados de 2007.
Al final de 2022 había en España 1.478.017 personas jóvenes empadronadas en España que habían nacido en el extranjero: el 21,4 % del total.
Esta última cita se podría enlazar con un reciente estudio en el que se habla de cientos de miles de jóvenes formados en nuestro país que toman la decisión de emigrar para buscarse la vida. Lo cuál, más allá del componente social, tiene un claro impacto económico.
Según confirma un reciente estudio del Instituto Valenciano de Investigación Sociológica, más de 380.000 personas en su mayoría jóvenes emigraron en el 2021, y 220.000 solo en el primer semestre del 2022.
En ambos períodos más de la mitad de los emigrantes altamente cualificados, lo que supone un despilfarro social, pues se forman aquí con los impuestos pagados por todos y la rentabilidad se saca en los países receptores.
El dato es un 40 % mayor que antes del covid-19, siendo el valor del capital humano perdido por los emigrantes en el 2022 superior a los 150.000 millones (este capital se estima calculando el capital humano midiendo su contribución presente y futura). Esta emigración supone un lastre para la capacidad de producción futura de la economía española.
Es decir, lo que todos sabemos... Formamos con el dinero público a los jóvenes de aquí. Esos jóvenes no ven oportunidades en su país y se van a generar dinero a otros países. En su lugar, metemos jóvenes (y sus familias) procedentes de países tercermundistas que lo mejor que pueden aportar, en su conjunto, es trabajo en unas condiciones de lo más precarias (esto gracias a los políticos y empresarios) y aumentar el gasto público con un retorno diría que no muy positivo... A eso se le suma el incremento de la criminalidad y la menor sensación de seguridad que crean para el conjunto de la sociedad. El plan perfecto para progresar como país... Gastar dinero en unos jóvenes bien preparados, abrirles la puerta para que se vayan y abrir la puerta del sótano para que venga lo peor de cada casa para volver a tirar más dinero nuevamente sin volver a ver retorno de ningún tipo... Lo que viene siendo tirar los billetes por las ventanas porque, total, el dinero público no es de nadie... Y si tal, la culpa es del otro partido político o de los pensionistas o del de Corea del Norte... El sistema funciona y hay que morir por él.
Aquí otra cita de otro estudio:
el 74% de jóvenes españoles se plantea mudarse de país para mejorar sus condiciones, además, el 24% de ellos lo haría porque considera que en España no hay oportunidades laborales suficientes.
De otro estudio que vi mencionarse se puede citar mismamente esto:
el progreso de sus ingresos a lo largo de la vida laboral se ha ralentizado: mientras los nacidos en 1955 alcanzaron la base de cotización similar a la media a los 27 años, los nacidos en 1985 todavía no la habían alcanzado a los 34 años. Es decir, tardan siete años más que sus padres en lograr el salario medio.
Más de la mitad de los jóvenes entre 16 y 29 años vive en hogares que tienen dificultades para llegar a final de mes y tres de cada 10 jóvenes viven en riesgo de pobreza o exclusión social.
Y, por el camino, fui leyendo noticias sobre cosas que conozco personalmente... Como es el caso de los investigadores y científicos españoles. Los cuáles, en España no tienen (por lo general siempre) el marco mínimamente apropiado para que desarrollen aquí sus carreras y se van a desarrollar y producir a otros países europeos y americanos.
Como dato concreto, casi la totalidad de la emigración española en el período 2007-2017 fue de "personal altamente cualificado". Lo dicho... se van muchos de los mejores y llega la morralla... Los cuáles vienen de maravilla para dominar las cifras de nuevas contrataciones. Así se maquillan las cifras para los políticos y los empresarios se encuentran con mano de obra semi-esclava.
Recalco el hecho de que yo no entro ya en lo que sería la "juventud" ni tengo una situación precaria. Simplemente tengo ojos y no considero que tener vuelos baratos para hacer viajes de pobres o tener distintas alternativas de ocio compensen el hecho de que directamente los jóvenes dejan de ser jóvenes cuando aún están durmiendo a cinco metros de sus padres... Obviamente la ciencia avanza, la tecnología también y demás... Y de todo eso se benefician las nuevas generaciones como es lógico. No digo que absolutamente todo sea peor, "simplemente" lo más importante: proyecto de vida personal.
Invertir lustros en formación (más allá de la obligatoria) es, para mis ojos y en la mayoría de casos (no, no incluyo cirujanos y demás...) uno de los mayores timos de nuestros tiempos. Y sí, esto lo dice alguien que únicamente tiene el bachillerato y que lleva trabajando desde los 18 años. Por suerte, entendí (al menos un poco) a esa edad cómo funciona el mundo y entonces abandoné el grado superior que estaba haciendo. Tengo compañeros de trabajo que trabajaron muy poco antes de los 30 años y la diferencia de posicionamiento económico es tremendo. Es una brecha que virtualmente es imposible de cerrar salvo que uno tire de buenas inversiones y demás. Esto, lo digo muy en serio, la gente no se da cuenta de lo que supone... El tener un trabajo decente desde los 18-22 años el impacto que puede tener en el resto de tu vida comparado con el que llega a los 30-35 y únicamente ha estado en unos pocos trabajos precarios.
Lo que tendría que ser una década (18-30 años) de ahorros y de fijar el rumbo en el proyecto de vida personal... Se convierte en una etapa completamente absurda de gastar dinero en formarse en cosas que no valen para nada (los datos y la realidad ahí están), un tiempo totalmente perdido que únicamente vale para mantener la falsa ilusión de que estás haciendo algo por algún motivo mayor o con alguna meta en el horizonte (no...) y llegar así a los 30 (quien dice 30 dice 35, si no más...) con el mismo nivel de madurez que antes un chaval de 20 años o poco más. Simplemente porque no sabes nada de la vida más allá de hacerte la cama (eso el que se la haga...) y de irte con tus colegas unos días a Tokyo para decir que has estado aunque sea a base de volver con 3 kg menos porque no tienes dinero ni para comer allí... Muy importante sacar fotos para subirlas a las redes sociales y que así los demás sepan que ahora ya conoces mundo (cuál Neo aprendiendo kung-fu). Pero qué bien viven esos jóvenes y qué bien se lo pasan... Eso es vida.
No pueden ni echar un polvo con la novia (o novio) sin andar pendientes del horario en el que el piso de uno u otro queda libre de padres. Ya ni siquiera tienen la opción de coger el coche y montárselo en un descampado porque ya ni tienen coche porque "no les interesa" (traducción amigable de no tener un duro para ello). En un patinete eléctrico ya pinta más complicado hacer nada. Pero bueno, siempre les quedará la opción de ver a otros follar en una serie de Netflix o HBO... Eso sí, con cascos puestos no vayan a escuchar los padres lo que están viendo...