Muy fácil:
Hay una lengua que entendemos todos y la usamos siempre. Es más, cuando queremos que se nos entienda y nos interesa, es la que usamos. El español o castellano.
Hay lenguas cooficiales en definidas comunidades autónomas que son de uso regular y cotidiano en dichas comunidades que las usan cuando les apetece.
Unos pueden entenderse con todos y otros pueden elegir hablar en una lengua u otra. En ningún caso se impone ni se obliga. ¿Quieres que en Zaragoza te sirvan una copa cuando la pides en euskera? Seguramente no tengas éxito.
El que quiera limitarse a sí mismo, que se limite; el que quiera vomitar el panfleto ideológico, que lo vomite; el que quiera sentirse una pobre víctima de un supuestamente estado opresos, que se sienta como tal.
Pero, por favor, dejad de confundir términos y dejad de marear la perdiz porque aquí ha habido gente (supertolkien) que ha metido la xenofobia cuando le han dicho lo que dijo Unamuno (una gran verdad, de hecho). Aquí nadie arremete contra extranjeros de ningún tipo (por lo general), y menos aún con los que son de casa.
¿Queréis creeros que sois los pobrecitos? Adelante. ¿Queréis haceros ver que valéis más porque vuestra lengua se mantiene? Bien. ¿Queréis tener razón? Allá vosotros.
Yo creo que os han contado un cuento que os ha gustado mucho. Un cuento que cala tan hondo y tan bien porque tiene lo esencial, un pobrecito pueblo y un tirano que lo oprime. Os brindan un enemigo común y os quedáis con ello.
Si muchos de vosotros queréis que vuestra única identidad sea Cataluña, o País Vasco, o Galicia... vosotros mismos ya que, en realidad, el mundo es mucho más grande.