Nvidia confía en que las GPU para mineros desahoguen el mercado y niega subir precios o querer sus propias fabricas

Alejo I
Jensen Huang, máximo responsable de Nvidia, se encuentra ante una situación inédita: vende tanto como le es materialmente imposible, y pese a ello, la presión que debe soportar es inmensa. Las tarjetas gráficas, en teoría el sustento de la casa, apenas llegan con cuentagotas a los jugadores, y cuando lo hacen, los precios son escandalosos. Una circunstancia de la que ha hablado con VentureBeat durante una larga entrevista en la que se han tocado muchos otros temas relacionados con el futuro de Nvidia.

Según ha señalado Huang a la publicación estadounidense, las ventas de unidades específicas para minado (CMP) generarán para Nvidia cerca de 500 millones de dólares en solo dos trimestres (150 millones durante el pasado trimestre y 400 millones durante el actual), convirtiéndose en una importante línea de negocio. “Con suerte”, pronosticó Huang, este tipo de hardware (que no puede utilizarse para jugar) servirá para reducir la presión que actualmente existe sobre la gama GeForce, liberando parte del suministro actual para los jugadores.

En lo que se refiere a las tarifas, Huang asegura que Nvidia no los ha alterado en lo más mínimo. "En el caso de GeForce, por ejemplo, no hemos subido el precio. Nuestro precio es básicamente el mismo. Tenemos un PVP. Los precios de canal y mercado son más altos porque la demanda es muy fuerte", asegura el ejecutivo.

La crisis de los semiconductores no afecta a Nvidia tanto como a otras compañías porque no fabrica RAM o procesadores al uso, y de hecho, da a entender que si faltan tarjetas no es porque no tengan los componentes necesarios para fabricarlas, sino porque todas las que salen a la venta se las llevan los mineros tan pronto como aparecen.

¿Cómo solucionar este problema? Según Huang, logrando más y más capacidad de producción. Algo que irán consiguiendo progresivamente, puesto que sus propios pronósticos indican que habrá un crecimiento continuado de las ventas. Lo que no contempla de ninguna forma es crear sus propias fábricas o fundiciones con sus propios procesos litográficos. "No. Chico, es la respuesta más corta de toda la noche. Es la única respuesta que conozco con certeza", aseguró Huang cuando VentureBeat le preguntó si valoraba construir sus propias fábricas.

Según Huang:

Una fundición es un servicio orientado al negocio que combina servicio, agilidad, tecnología, capacidad, coraje, intuición sobre el futuro. Un montón de cosas. No es un negocio fácil. Lo que hace TSMC no es fácil. No se va a volver más fácil y no se está volviendo más fácil. Se está volviendo más difícil. Hay mucha gente muy buena en lo que hace. No tenemos razón para repetir lo que hacen otros. Deberíamos animarles a que desarrollen la capacidad necesaria para beneficio de nuestra plataforma [...] No hay nada que pueda hacer, que una compañía de semiconductores fabless [sin fábricas] pueda hacer para alcanzarles. Así que la respuesta es no."


La compra de ARM sigue adelante

La entrevista de Huang con VentureBeat es realmente extensa y toca (o roza) multitud de asuntos, entre ellos, la compra de ARM. La adquisición, posiblemente una de las más notables en la última década (y no solo para Nvidia, sino para toda la industria) sigue en marcha a pesar de la falta de noticias y de ciertos rumores maledicentes. De acuerdo con Huang, estas operaciones requieren unos 18 meses para recibir el visto bueno de Estados Unidos, Europa y China (normalmente en ese orden), por lo que no habrá noticias definitivas hasta finales de este año o comienzos del siguiente.

Huang asegura que en Nvidia están seguros de que la operación saldrá adelante, entre otras cosas porque son compañías complementarias. "Es como el kétchup y la mostaza", asegura el ejecutivo. "Es bueno para la innovación".
Fuente: VentureBeat