“En esta ocasión, no hay planes de lanzar contenido adicional”, dice Aonuma. La razón que da el productor de la saga Zelda para justificar la decisión de no trabajar en contenido adicional para Tears of the Kingdom es muy simple: el equipo de desarrollo siente que ha sacado todo el jugo a este mundo. Aonuma dice que “han hecho todo lo posible” en el mapa de Zelda: Tears of the Kingdom, cuya acción se desarrolla en el mismo rincón de Hyrule que Zelda: Breath of the Wild. El mapa no cambia, pero hay áreas rediseñadas, nuevos elementos y varias innovaciones en la jugabilidad que expanden las posibilidades.
Zelda: Breath of the Wild cuenta con un pase de expansión compuesto por dos contenidos: Las pruebas legendarias y La balada de los elegidos. Ambos DLC incluyen nuevos desafíos y objetos entre otros elementos. Zelda: Tears of the Kingdom nació como un contenido adicional para Zelda: Breath of the Wild, pero el equipo de desarrollo juntó demasiadas ideas y llegaron a la conclusión que lo mejor era sacar adelante una secuela por separado.
Para los que quieran más Zelda la buena noticia es que tanto Aonuma como Hidemaro Fujibayashi, el director de Tears of the Kingdom, ya piensan en la próxima entrega. El proyecto aún se encuentra en sus primeras etapas y Nintendo aún no ha decidido si será una secuela o una nueva obra.
Que Nintendo trabaje en el próximo Zelda no es una sorpresa. La serie pronto cumplirá 40 años y nunca se ha tomado descansos demasiado largos entre entregas. A ello debemos sumarle que Tears of the Kingdom es la entrega más rápidamente vendida en la historia de la franquicia con 10 millones de copias en tres días. Tras seis semanas en las tiendas, el título ya sumaba 18,5 millones de unidades colocadas y ya es uno de los más despachados de Nintendo Switch. The Legend of Zelda: Breath of the Wild acumula 30,65 millones de unidades vendidas.