Scorn traslada a los jugadores hasta un universo aislado, extraño y onírico donde habitan formas extrañas. El escenario ha sido diseñado en base a la idea de “aparecer en el mundo” y eso significa que nuestro protagonista empezará su aventura solo y sin saber nada, ni siquiera las reglas que rigen este universo. En otras palabras, tocará explorar las diferentes regiones conectadas entre sí de forma no lineal, mientras se observa y sobrevive en un lúgubre y perturbador bio-laberinto con rompecabezas que actúa como un personaje en sí.
Scorn no tiene indicaciones de texto, diálogo ni mapa. Su campaña dura entre 6 y 8 horas.
“Todos los lugares incluyen su propio tema (historia), puzles y personajes que, juntos, forman la historia del mundo”, explica Ebb Software. “A lo largo del juego desbloquearás zonas nuevas, recibirás conjuntos de habilidades distintas, armas, objetos e intentarás comprender lo que tus ojos vean”. El objetivo final es sobrevivir, descubrir secretos y reunir herramientas biomecánicas que parecen haber sido utilizadas por una antigua civilización que antes residía en este mundo.
Desde su presentación, Scorn no ha podido (ni pretendido) esconder que el grotesco y surrealista mundo que propone está inspirado en las obras de H. R. Giger, un artista gráfico y escultor suizo conocido por sus paisajes de pesadilla y la representación de cuerpos humanos mezclados con máquinas que él mismo describió como Biomecanoides. En el cine el nombre de Giger está ligado al de la franquicia Alien. Scorn también tiene mucho del arte fantástico de Zdzisław Beksiński, así como elementos del cineasta David Cronenberg.
Los análisis de Scorn, que han aparecido junto al tráiler de lanzamiento, registran una nota media que ronda el 7 sobre 10 en Metacritic y OpenCritic. Llama la atención que hay notas que van desde el 9 al 4. La atmósfera del juego y la construcción de su horripilante mundo no han decepcionado a nadie, pero el sistema de combate y los puntos de guardado no terminan de convencer.