La
última reestructuración de Microsoft se llevó por delante muchos proyectos, incluyendo el nuevo
shooter de John Romero, un verterano de la industria conocido por ser uno de los principales diseñadores de Doom, Quake, Wolfenstein o Daikatana. Tras la cancelación del juego Romero Games, el estudio fundado por John Romero y su esposa Brenda, maniobró para salvar el proyecto y afortunadamente lo ha conseguido.
La buena nueva la ha dado el mismo John Romero en el Salón del Videojuego de Madrid 2025, donde acudió como invitado. Al final de la entrevista y antes de pasar al turno de preguntas del público, le comentan a Romero qué ha pasado con el juego desechado por Microsoft, y este confirma que ha "sobrevivido a la cancelación". Tras escuchar la respuesta el auditorio aplaude. Se desconoce si el título sigue adelante gracias a algún tipo de acuerdo o la aparición de un nuevo editor que se hace cargo de la financiación y distribución.
Romero explica que el juego (aún sin nombre) ha sido rediseñado por completo, pero no han empezado de cero debido a que hay varios elementos que se pueden rescatar e incorporar al proyecto gracias a que el concepto no ha cambiado tanto. Además sigue siendo un
shooter. El diseñador añade que el título es más pequeño pero también más divertido. Romero no ha querido dar detalles sobre el diseño, pero habla de una nueva experiencia y asegura que "nunca he jugado a un juego como este".
El futuro del nuevo proyecto de Romero Games estaba ligado en gran medida a su destino, así que junto al rescate del juego se ha dado continuidad a un equipo de desarrollo.
En 2022, cuando
John Romero anunció que se encontraba trabajando en un nuevo junto a un gran editor que más adelante descubrimos que era Microsoft, trascendió que se trataba de un
shooter basado en una nueva propiedad intelectual desarrollado con Unreal Engine 5. El hecho de que el título sea original posiblemente ha facilitado la tarea de encontrar una salida para el proyecto. Menos suerte tuvo Perfect Dark, que
terminó cancelado a pesar del interés de Take-Two y Embracer Group en
rescatar el proyecto.