Los planes de Twitch aún no están escritos en piedra y podrían cambiar, pero las fuentes de Bloomberg aseguran que el servicio tiene la intención de introducir nuevos incentivos para que los streamers afiliados introduzcan más publicidad. Este cambio llegaría acompañado de una reducción en la división de los ingresos por suscripción. Actualmente los steamers del programa de socios disfrutan de un reparto del 70/30 a su favor, pero si el nuevo plan de Twitch sale adelante la división pasaría a ser del 50/50, la misma que tienen el resto de mortales.
Sin embargo, los partners de Twitch aún seguirán teniendo un mejor trato, ya que el servicio también valora la posibilidad de ofrecer un sistema de niveles, cada uno con una serie de requisitos. Un reparto 50/50 puede parecer (y quizás es) abusivo, pero Twitch es la plataforma líder, tiene la audiencia, cuenta con el soporte de Amazon Prime y una división como esta puede ser más rentable que otra de más ventajosa en plataformas como YouTube y Facebook. A día de hoy Twitch es sinónimo de contenido en directo, pero cada vez está tensando más al cuerda.
A cambio, Twitch está dispuesta a eliminar la exclusividad, permitiendo a los creadores de contenido transmitir en YouTube y Facebook, dos servicios que ofrecen un reparto de los ingresos del 70/30. Al igual que Twitch, estas dos plataformas tienen diferentes formas para monetizar su contenido y entre ellas encontramos, además de las suscripciones donde se aplica la división de ingresos, los anuncios. Twitch paga entre 3,5 y 5 dólares por 1.000 impresiones, una tarifa que varía en función de la audiencia del streamer.
Amazon compró Twitch en 2014 a cambio de 970 millones de dólares y durante todo este ha priorizado el crecimiento de la plataforma. Ahora los ejecutivos tienen como objetivo la sostenibilidad financiera. Hubo un tiempo en el que parecía que las suscripciones iban a desterrar a los anuncios, pero parece que no será así. No solo Twitch apuesta por ellos. Netflix podría crear un plan más económico con publicidad y tanto Sony como Microsoft trabajan en un mercado de anuncios para los juegos free-to-play.