La memoria NAND flash no permite sobreescribir datos en el mismo espacio de memoria, por lo que para guardar información es necesario utilizar áreas nuevas y seguidamente invalidar las que ya han sido utilizadas. Este proceso resulta en una creciente fragmentación que obliga a utilizar un "recolector de basura" que se encarga de disponer los datos de forma continua y de invalidar los bloques utilizados. Una tarea compleja que puede llevar hasta 100ms y limita la velocidad de la unidad.
La tesis publicada bajo el nombre "NAND Flash Aware Data Management System for High-Speed SSDs by Garbage Collection Overhead Suppression" propone una nueva capa denominada "mezclador LBA (logical block address)" que se sitúa entre el sistema operativo y la capa FTL que se encarga de relacionar direcciones lógicas y físicas. En vez de utilizar una zona completamente nueva para almacenar datos, el nuevo middleware escribe en los bloques fragmentados que se borrarán a continuación, minimizando en gran medida el trabajo del recolector de basura.
Según las primeras simulaciones de los investigadores, la tecnología desarrollada mejora la velocidad de escritura de los SSD hasta un 300%, reduce el consumo de energía hasta un 60% y aumenta el número de ciclos de lectura/escritura posibles en un 55%, alargando de forma efectiva la vida útil del dispositivo. Un avance que dada su naturaleza no haría necesario un cambio en el hardware para su aplicación en discos duros SSD actuales.