Pauley concluye que el programa es una extensión necesaria tras los ataques terroristas del 11 de septiembre. El magistrado considera que las tácticas de la NSA representan "el golpe de contraataque" de su gobierno hacia Al-Qaeda y no viola la Cuarta Enmienda de la Constitución, la cual prohíbe la recogida de información más allá de los límites razonables.
"El gobierno ha aprendido de su error y se ha adaptado para enfrentarse a un nuevo enemigo: Una red del terror capaz de orquestar ataques alrededor del mundo", escribe el juez en su sentencia. "[El gobierno] ha lanzado diversas contramedidas, incluyendo un programa de recolección en masa de metadatos telefónicos - una extensa red que puede aislar sutiles contactos entre terroristas sospechosos dentro de un océano de datos aparentemente inconexos".
El juez Pauley señala también que las características masivas del programa de la NSA son precisamente la razón de su funcionamiento: "Esta herramienta contundente solo funciona porque recoge todo. La recolección es amplia, pero el alcance de la investigación contraterrorista no tiene precedentes".
Sin embargo, el magistrado señala que de no controlar el programa de la NSA podría "poner en peligro las libertades civiles de todos los ciudadanos" y reconoce el debate sobre el asunto en la nación americana. "La pregunta para este tribunal es si el programa de recogida masiva de metadatos del gobierno es legal. Y este tribunal determina que sí. Pero la cuestión de si ese programa se debe producir lo deben determinar otras dos ramas del gobierno coordinadas", refiriéndose al Congreso y la Casa Blanca.
Este fallo desestima la demanda que presentó la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) el pasado junio, pero la organización ya ha comunicado que recurrirá la sentencia. La NSA todavía no ha declarado nada al respecto.