Esta actualización apuesta con fuerza por la fibra óptica y el 4G, e implicará el abandono de líneas tradicionales de cobre. En estos momentos la empresa tiene 6.600 centrales con esta tecnología y el plan pretende reducir el número hasta 2.300 para el año 2020. El "apagón" de líneas de cobre comenzará inmediatamente en centrales que no den servicio a otras operadoras, mientras que en el resto comenzará después de cinco años.
Además del cierre de líneas de cobre para ADSL, Telefónica abandonará de forma generalizada las redes vinculadas a tecnologías obsoletas como RDSI, ATM o X25.
La operadora también unificará en un único dispositivo los servicios de fibra óptica, teléfono y televisión. Al mismo tiempo, la empresa implantará la automatización de la primera atención en centros técnicos y se potenciará la autoinstalación. Esta reducción del equipo podría tener que ver con los experimentos de Telefónica con la virtualización de routers, que desplaza ciertas funciones IP desde el equipo del cliente a la red de la operadora.
Recordemos que la promesa de Telefónica en cuanto al despliegue de fibra es llegar a 3,5 millones de hogares a finales de 2013, llegando a los 8,5 millones al acabar 2014. Y respecto al 4G, Telefónica espera extender su red a 65 municipios españoles de más de 100.000 habitantes con la instalación de 2.000 nodos.