Después de años con juicios y apelaciones, que Apple consiga más de 500 millones de dólares es una victoria. Pero a pesar de que Samsung capitula, se reserva el derecho (que Apple discute) a recuperar parte del dinero en caso de que la sentencia Tribunal Supremo de Estados Unidos sea favorable a sus intereses.
Originalmente Apple demandó a Samsung en la primavera de 2011. En 2012 un tribunal falló a su favor al decidir el juez que Samsung había infringido las patentes de la compañía norteamericana en funciones como tap-to-zoom o gestos multi touch. Apple pedía 2.500 millones de dólares por daños y le concedieron poco más de 1.000 millones, pero después de diversos recursos la cantidad menguó hasta los 930 millones y en mayo de este año se quedó en 548 millones, la cifra acordada a pagar.
Según Florian Mueller, abogado especializado en patentes, es probable que el juicio tenga que repetirse si el Supremo admite la revisión. Así que la guerra de patentes aún no ha terminado, sólo los muertos verán su fin.