Aunque las versiones de prueba incluirán controles manuales para sus pasajeros, el objetivo final es construir un vehículo sin volante o pedales, tan solo con un botón de encendido y apagado junto al sistema de navegación. Google planea lanzar un primer programa piloto este verano poniendo alrededor de 100 prototipos en las calles para comprobar la viabilidad de su tecnología.
El vehículo ofrece asiento a dos pasajeros, estará propulsado por un motor eléctrico y en principio se limitará a una velocidad de 40km/h por motivos de seguridad. El diseño exterior incluye un morro plano de espuma y un parabrisas flexible diseñados para minimizar lesiones en caso de colisionar con un peatón. Como medida adicional de seguridad, los sistemas de dirección y de frenado serán redundantes, ofreciendo una alternativa en caso de avería en estas funciones.
El coche autónomo de Google pondrá a los mandos a un software programado específicamente que utilizará una combinación de cámaras y sensores para detectar y reaccionar a obstáculos colindantes. El cofundador y CEO de Google, Sergey Brin, aseguraba ayer en una conferencia de presentación que el objetivo último de los vehículos es ser "significativamente" más seguros que los coches conducidos por humanos.
"Nos paramos a mirar de arriba abajo lo que un coche autónomo debería ser. […] Lo que me emociona es pensar en cómo podríamos cambiar el transporte de hoy en día", comenta Brin. "Si te fijas en la gente que es demasiado mayor, demasiado joven, o con alguna discapacidad y no se pueden valer por sí mismos, ese es un gran desafío para ellos".